Woody Allen, en Cannes: "Barack Obama debería ser un dictador"

  • El cineasta estrena en Cannes 'You will meet a tall dark stranger'.
  • Bromeó sobre la labor de Obama, de la que está muy satisfecho.
  • Tiene intención de volver a rodar en España.
El director Woody Allen, en una imagen de archivo.
El director Woody Allen, en una imagen de archivo.
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El director Woody Allen, en una imagen de archivo.

Pasan los años, pasan los festivales pero una cosa se mantiene inamovible: Woody Allen y su estreno de cada año. En 2010 le ha tocado el turno a la segunda de las tres películas que firmó con inversores españoles y que lleva por título You will meet a tall dark stranger. Un título que como reconoce el propio Allen, hace referencia "al lenguaje que utilizan los videntes en Estados Unidos", pero que tiene una doble lectura para el realizador: "Creo que todos, en algún momento de nuestras vidas, nos encontramos con ese extraño al que hago referencia en el título".

Allen aparece en el Hotel Martínez,el más lujoso de los que pueblan la Croisette, resfriado y con una camisa marrón. Su cinta vuelve a tratar de los problemas habituales en la filmografía de Allen: el amor, la soledad, el sentido de la vida... "Los hombres y las mujeres siempre hemos tenido los mismos problemas. Lee a los griegos, a Sófocles, y verás que se hacían las mismas preguntas", contesta al ser cuestionado sobre los temas que trata en su trabajo.

Una de sus protagonistas es una mujer mayor, recién separada de su marido y al borde del suicidio. Desesperada por encontrar respuestas, acude a una vidente, un hecho que para Allen se está volviendo una moda en su país natal: "En  Estados Unidos veo a gente desesperada por adoptar nuevas religiones, ya sea la medicina alternativa, la aromaterapia... Pero la vida es muy inestable y terrorífica. Y la gente necesita tener respuestas".

El veterano realizador mantiene intacto su sentido del humor. Preguntado por el sentido de la vida y el componente filosófico de todas sus películas responde con una salida digna de uno de sus personajes: "Admiro a la gente que cree, ya sea en Jesucristo u otras religiones, porque son felices. El otro día estaba hablando con un creyente sobre este tema -yo no lo soy porque me considero una persona científica- y concluímos que mientras él tendrá una vida feliz, con independencia de que haya un más allá, yo seré un desgraciado hasta el día de mi muerte". Puro Allen.

Allen insitió en los aspectos existenciales de su cine: "Hay directores, como Oliver Stone, que pueden hacer cine social, político. A mi me interesan las cintas que cuentan tramas filosóficas.

El mundo en el que vivimos cambia gracias a la política - los derechos de los negros, el voto de la mujer - pero no puedes cambiar el hecho de que naces, mueres y tienes que encontrar un significado a la vida. La vida es triste y no tiene sentido, aunque me interesa saber por qué nos empeñamos tanto en vivirla. Debe haber una razón para ello, el artista debe buscar esas respuestas".

Banderas, el tipo ideal

La cinta se ha ambientado en Londres, a pesar de contar con financiación española, y en ella aparece Antonio Banderas como único miembro del reparto que habla castellano. "No escribí el papel pensando en Antonio, pero buscaba a alguien que volviera loco al personaje de Naomi [Watts], que fuese guapo, amable. Y Antonio lo es, es genial para el papel", concluye.

Y como colofón, la pregunta inevitable ante cualquier cineasta que venga de Estados Unidos. ¿Qué le parece la gestión de Obama? "Muy bien, me parece genial. Los republicanos deberían dejar de estorbar porque está haciendo un buen trabajo. De hecho me encantaría que Obama pudiera ser un dictador durante su mandato. Un déspota en el sentido platónico de la palabra. Sería maravilloso".

El encuentro acaba no sin un último anuncio. Allen tiene previsto rodar su próximo trabajo en París. ¿Volverá a España o cumplió el cupo con Vicky Cristina Barcelona? "Me encantaría. Voy a volver a rodar en España. Fue una gran experiencia".

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