La implantación del gas natural en Canarias permitiría la emisión de un millón de toneladas menos de CO2 al año

La construcción de regasificadoras en Tenerife y Gran Canaria supondría un coste de unos 300 millones de euros por planta
Antonio Llardén, Presidente De Enagas
Antonio Llardén, Presidente De Enagas
CEDIDA
Antonio Llardén, Presidente De Enagas

La implantación del gas natural en el archipiélago canario permitiría emitir un millón de toneladas menos de dióxido de carbono (CO2) al año, tal y como informó el presidente de Enagas, Antonio Llardén, que explicó que en Baleares, donde recientemente se ha instalado esta fuente de energía, se va a ahorrar algo más de 200.000 toneladas de CO2 anuales.

El máximo responsable de Enagas ofreció estos datos durante una rueda de prensa que tuvo lugar este mediodía en la capital tinerfeña, donde ofrecerá una ponencia titulada 'Aportación del gas natural a la economía canaria. El sector del gas natural en el actual contexto económico y energético', en el marco de un almuerzo-coloquio organizado por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD).

Llardén recordó que en Canarias existen dos proyectos de plantas de regasificación, uno en Tenerife, que estaría situado en el futuro puerto de Granadilla, y otro en Gran Canaria, que si bien debía instalarse en el puerto de Arinaga, actualmente no existe una ubicación determinada. Asimismo, apuntó que la construcción de ambas plantas supondría un coste de unos 300 millones de euros por planta.

Para el presidente de Enagas, disponer de gas natural en Canarias "sería bueno" desde el punto de vista económico y medioambiental por diversos motivos. En primer lugar, porque la producción energética en las islas se hace con gasoil, que es "tremendamente más contaminante" que el gas natural; en segundo lugar, porque si se pretende hacer un mayor desarrollo de las energías renovables en el archipiélago, es "indispensable" el uso del gas natural; un tercer motivo de tipo económico es que el gas es "más eficiente" en rendimiento que otro tipo de energía y puede producir un ahorro en la factura energética del territorio; de la misma manera, el gas natural añade seguridad de suministro porque se cuenta con una nueva fuente de energía; y, además, se puede recibir gas de cualquier parte del mundo, por lo que no se estaría ligado a un único punto de origen.

Igualmente, Antonio Llardén añadió un beneficio colateral, que consiste en que si bien el gas está pensado para la generación eléctrica en gran cantidad, hay ciertas actividades de tipo industrial y de servicios que pueden usar el gas natural para producir frío y calor en condiciones económicas "más rentables" y "ambientalmente mejores", por lo que para un territorio como Canarias, que vive en gran parte de la actividad turística, sería "doblemente bueno".

Por todo ello, el presidente de Enagas reiteró que la implantación del gas en Canarias es "buena" y dijo estar abierto a entrar en este proceso de acuerdo con las autoridades canarias, el Ministerio de Industria y con Gascan, con la que ya han mantenido diversos contactos.

Independiente del petróleo

Si de algo se ha hablado en relación a Canarias es de la posible existencia de yacimientos de gas y petróleo en aguas cercanas al archipiélago; no obstante, independientemente de que esto sea una realidad, el máximo responsable de Enagas insistió en que "hay que usar gas natural en Canarias también", y para ello, "la única solución técnica son las plantas de regasificación" en las islas, ya que llevar el gas a la región por medio de un gaseoducto submarino es "inviable técnicamente", así que la opción "más sensata" técnicamente es tener dos plantas de regasificación al existir dos centros mayoritarios de consumo en Tenerife y Gran Canaria.

Por otro lado, Llardén resaltó que la seguridad de las regasificadoras es "de las más elevadas" que hay en la industria energética y petrolera, e insistió en que la seguridad que hay en estos momentos en la tecnología de este tipo de planta es "mucho mayor que la de un avión". "Por tanto, si se toman las medidas de seguridad oportunas, no tendría que haber ningún problema; de hecho, una gran parte del coste de una planta de regasificación va a la seguridad, por lo que no hay ningún tipo de riesgo especial", recalcó.

Si bien las plantas de regasificación, en su mayor parte, están instaladas en puertos cercanos a las grandes ciudades, una alternativa es ubicarse en alta mar; sin embargo, el presidente de Enagas no se mostró tan partidario de esta posibilidad por ser "menos segura y más cara". "Algo que tienes en medio del mar es infinitamente más caro y más sujeto a accidentes, por tanto, como ingeniero, desde el punto de vista de la seguridad prefiero la regasificadora en tierra, e incuso, un buque estará más seguro descargando dentro de un puerto que en una planta que se encuentre en alta mar", remarcó Llardén.

Finalmente, en relación a las reservas de fuentes de energía, el representante de Enagas señaló que la cifra de reservas del petróleo, según las últimas estimaciones, está en unos 40 años; sin embargo, resaltó que de gas natural hay reservas para unos 60 ó 70 años, al tiempo que hay muchas otras reservas de gas que se están descubriendo, lo que hace que no exista "ningún problema" en este sentido. No obstante, Llardén quiso dejar claro que "lo ideal" para no depender de estas reservas es optar por un mix energético, como ya se está haciendo en muchos países, compuesto por la energía nuclear, las renovables, el gas y, en menor medida, los combustibles fósiles.

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