Después de un fin de semana de pesadilla, la normalidad regresaba este lunes a los aeropuertos españoles de forma lenta y desquiciante. Ningún aeropuerto permanecía cerrado desde la madrugada del domingo –cuando se vieron afectados 632 de las 5.222 operaciones previstas por Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA)–, pero cientos de vuelos sufrían retrasos eternos. Un total de 51 vuelos fueron cancelados este lunes en los aeropuertos españoles por el cierre de aeropuertos portugueses y británicos.

Restricciones

AENA no preveía este lunes más cancelaciones a causa de la nube volcánica, aunque las restricciones en el tráfico aéreo sí podían provocar que las compañías aéreas decidiesen cancelar vuelos. "Como consecuencia de la evolución de la nube de ceniza volcánica, los responsables de aviación están reorganizando el tráfico aéreo y han reducido el número de operaciones, lo que va a originar retrasos y algunas cancelaciones en los vuelos", señalaba Iberia a través de una nota.

Y eso ocurría en Barajas a última hora de la tarde del lunes. Santiago tenía programado su vuelo de Madrid a Turín a las 15.00 horas. La pantalla informativa del aeropuerto fue retrasando la hora de salida hasta las 22.00 horas, cuando la compañía Iberia informó de que suspendía definitivamente el viaje. "Lo más incómodo es la falta de comunicación y las horas muertas en el aeropuerto a la espera de una información que nunca llega", matizaba Santiago minutos antes de reservar hotel para pasar la noche en la capital española.