De este modo se pronunció Barreda, a preguntas de los medios tras firmar en Toledo un convenio de colaboración con la ministra de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, Elena Espinosa.

El presidente regional comenzó recordando que las cuestiones de planificación hidrológica nacional son cuestiones de Estado, pero no de un Estado cualquiera, sino del Estado de las Autonomías, y por ello es necesario contar en estas decisiones con las CCAA, que tienen competencias en otros asuntos, que no pueden ejecutar sin agua, precisó.

Dicho esto, y tras insistir en que el Estado a la hora de planificar los recursos hidráulicos tiene que contar con los territorios, dijo que en este contexto no acepta "que se trate de forma discriminatoria a Castilla-La Mancha", porque lo que ha sido posible para Aragón también lo puede ser para la región que preside.

Barreda aseguró que fue el PP de Aragón el que propuso que su nuevo texto autonómico contemplase una reserva hidráulica de 6.500 hectómetros cúbicos, al tiempo que lamentó que eso no haya sido posible en el caso de la norma básica de Castilla-La Mancha "porque el PP no lo aprobó".

"una oportunidad mejor"

"Es incomprensible desde el punto de vista de la lógica política, pero además no lo acepto y antes de aprobar un estatuto absolutamente devaluado, que fuera papel mojado, dije desde el primer momento que esperaría una oportunidad mejor", defendió Barreda, que confesó que nunca pudo imaginar que "el problema surgiría desde dentro de Castilla-La Mancha, en ese cambio de actitud de Cospedal", condenó.

"El único trasvase que funciona es el de Tajo-Segura, que genera intereses, y frente a los intereses no valen las razones", manifestó el titular del Ejecutivo regional, que reclamó saber el destino final del agua del trasvase, saber a dónde llega y qué uso se hace de esos recursos, sobre los que la región tiene prioridad como cuenca cedente.

"La cuestión es plantear si es sostenible 'sine die' un desarrollo basado en un recurso que es escaso y está lejos de Murcia. ¿Hasta cuándo van a tener un modelo de desarrollo que implica una demanda ilimitada de agua, para lo cual todo le parece insuficiente, al mismo tiempo que boicotean las desaladoras e impiden que entren en funcionamiento?", planteó el presidente regional.

"¿Hasta cuándo el crecimiento sistemático de las hectáreas que se ponen en regadío, hasta cuándo urbanizaciones que se planifican sin tener previamente asegurada el agua, hasta cuándo campos de golf que se ponen en funcionamiento antes que las desaladoras con las que se riegan?" cuestionó Barreda, que finalizó condenando que el Gobierno de Murcia no quiere afrontar este tema.