En una rueda de prensa, Goia hizo hincapié en que la institución guipuzcoana hizo "un gran esfuerzo" para mantener "el nivel" de este servicio y las carreteras abiertas al tráfico a lo largo de un invierno de "singular crudeza", que obligó a ampliar las partidas previstas para la adquisición de sal.

El diputado subrayó que en este tiempo se utilizaron 62 máquinas quitanieves, frente al máximo alcanzado el año pasado de 55, y se empleó a más de 200 operarios.

Además, concretó que se esparcieron 11.000 toneladas de sal, un volumen mayor que en 2009, cuando se emplearon 9.600 toneladas, y casi tres veces más que en el invierno de 2004 y 2005 (3.800 toneladas). Asimismo, indicó que el número de jornadas de alerta llegó a 58, mientras que en años anteriores no se había superado el número de 48 (2008-2009).

Goia recordó que el pasado invierno se registraron diversos grados de alerta sin que se produjeran contratiempos de consideración. En este sentido, indicó que varias de las alertas fueron de larga duración, como las activadas el 11 de diciembre (10 días), el 31 de diciembre (13 días en la AP-1), el 24 de enero (9 días) y el 9 de febrero (9 días).

Ante este escenario, el uso de sal para fundir la nieve y el hielo acumulado en la carretera fueron muy elevados: algo más de 4.000 toneladas en las autopistas AP-8 y AP-1, y unas 7.000 en el resto de la red.

El portavoz foral valoró de forma "muy positiva" el trabajo de estos dispositivos a lo largo de la estación invernal, cuyo resultado fue "excelente" desde su punto de vista, y felicitó al personal encargado de estas labores por el "buen servicio" que pudieron ofrecer la Diputación y Bidegi.