Los 'camisas rojas' rechazan dialogar con el Gobierno y continúan con las protestas

Los manifestantes que, desde hace casi un mes exigen la dimisión del Gobierno, continúan concentrados en el centro de Bangkok.
Los manifestantes que, desde hace casi un mes exigen la dimisión del Gobierno, continúan concentrados en el centro de Bangkok.
EFE
Los manifestantes que, desde hace casi un mes exigen la dimisión del Gobierno, continúan concentrados en el centro de Bangkok.

Los 'camisas rojas' leales al depuesto ex primer ministro tailandés Thaksin Shinawatra han rechazado negociar con el Gobierno tras los enfrentamientos del sábado entre activistas y soldados, que se saldaron con 20 muertos y 825 heridos en Bangkok.

Por su parte, el Gobierno tailandés ha asegurado que los soldados no usaron munición real, pese al elevado número de víctimas que ocasionaron las cargas.

"Nunca hablaremos con asesinos, tenemos la obligación moral ante los fallecidos de devolver la democracia a este país", afirmó Jatuporn Prompan, uno de los cabecillas del Frente Unido para la Democracia y contra la Dictadura, organizador de las protestas.

Miles de manifestantes continúan en el cruce de Phan Fa de la capital, cerca de donde se libraron los combates callejeros, que dejaron un reguero de casquillos de bala, vehículos destrozados y charcos de sangre.

Una de las víctimas mortales, que incluyeron a soldados y manifestantes, es el reportero gráfico japonés de la agencia de noticias Reuters Hiroyuki Muramoto, que recibió un balazo en el estómago disparado, al parecer, por un soldado.

Sin embargo, según las últimas declaraciones del portavoz del Gobierno, Panitan Wattanayagorn, los soldados no habrían disparado munición real. El portavoz, durante un discurso televisado, dijo que algunos efectivos realizaron disparos al aire para instar a los congregados a que abandonaran la zona, mientras otros dispararon balas de fogueo o proyectiles de goma.

Los líderes de los 'camisas rojas' insisten en que se apropiaron de varios rifles y ametralladoras del Ejército, e incluso capturaron a un puñado de soldados que luego liberaron.

Prompan manifestó que el jefe del Ejecutivo, Abhisit Vejjajiva, tiene las manos "manchadas de sangre".

El Ejército decidió replegarse y las protestas continuaron

Al retirarse el Ejército, los 'camisas rojas' destrozaron los vehículos militares y se hicieron con varios fusiles y munición, que blandieron en señal de victoria.

Bangkok amaneció consternada por la peor ola de violencia ocurrida desde las protestas contra la junta militar que gobernaba Tailandia en mayo de 1992, cuando mas de 50 personas murieron y centenares resultaron heridas.

Los tiroteos comenzaron horas después de que las fuerzas de seguridad, apoyadas por vehículos blindados, empezaran a dispersar a los 'camisas rojas' con cañones de agua y gas lacrimógeno para recuperar el control de las zonas ocupadas.

Sobre las 20.00 hora local (13.00 GMT), comenzó una batalla campal sobre el asfalto en la que ambos bandos intercambiaron fuego y se lanzaron granadas y explosivos.

Antes de la medianoche, el Ejército y la Policía recibieron la orden de retirarse de las zonas ocupadas de la capital tailandesa por los manifestantes y, poco después, el primer ministro, Abhisit Vejjajiva, anunció que el Gobierno no iba a escatimar esfuerzos para normalizar la situación sin recurrir al empleo de la fuerza.

Piden la disolución del Parlamento y la convocatoria de elecciones

El primer ministro expresó sus condolencias por los heridos y muertos, pero se negó a disolver el Parlamento y convocar elecciones, como le exigen los manifestantes.

"Me gustaría decir que el Ejército sólo está autorizado a utilizar munición real para disparar al aire o en caso de autodefensa", afirmó Vejjajiva en un mensaje televisado.

Los 'camisas rojas' continúan atrincherados en el puente de Pan Fah, cerca del antiguo Palacio Real, y en el distrito comercial de la capital.

Decretado el estado de excepción desde el miércoles

Desde el miércoles rige en Bangkok y provincias aledañas el estado de excepción, que permite a los militares asumir el control de la seguridad, prohibir asambleas callejeras, declarar el toque de queda y censurar a los medios de comunicación.

La medida de emergencia ya ha sido aplicada para suspender el canal de televisión P-TV y bloquear varias páginas de Internet por "incitar a la violencia".

Tailandia sigue inmersa en una profunda crisis política por la enorme división entre partidarios y detractores desde el golpe de estado que derrocó en 2006 al millonario Shinawatra, prófugo de la justicia y que se resiste a abandonar el protagonismo político desde el exilio.

Los 'camisas rojas', integrados en su mayoría por las clases humildes de las zonas rurales del noreste del país, consideran que el Gobierno de Vejjajiva es ilegítimo, porque no nació de las urnas sino de pactos parlamentarios con diputados tránsfugas.

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