La mala calidad de las aguas y la falta de depuración, principales problemas en Ronda, según un informe

La contaminación de las aguas superficiales --ríos y arroyos--, la baja calidad de las aguas de consumo y el retraso en la puesta en marcha de estaciones depuradoras son los principales problemas ambientales de la Comarca de Ronda, según el Informe de Sosteniblidad realizado por el Área de Medio Ambiente de la Diputación y el Observatorio Provincial de Sostenibilidad.

El diputado de Medio Ambiente, Miguel Esteban Martín (IU), presentó hoy los resultados comarcales de este informe en el Ayuntamiento del municipio malagueño de Arriate, donde destacó "el compromiso" de los alcaldes de la comarca en la lucha contra el cambio climático, al haber suscrito ya 17 de los 22 municipios el Pacto de Autoridades Locales contra el Cambio Climático.

Martín explicó que la Comarca de Ronda presenta la densidad de población más baja de la provincia —43 habitantes por kilómetro cuadrado en 2009—, y también el ritmo de crecimiento "más lento, lo que la sitúa como el territorio con más tendencia al envejecimiento de la población".

Así, Genalguacil, Faraján, Benadalid, Montejaque y Parauta presentan la población más envejecida de toda la provincia, con un 60 por ciento de tasa de envejecimiento. El paro es uno de los problemas sociales más "acuciantes" de la comarca, donde el número de desempleados ha pasado de 3.830 a 6.160 —incremento del 60 por ciento— entre 2007 y 2009.

Además, añadió que la baja presión humana sobre el territorio hace que, en general, los indicadores medioambientales sean "buenos", excepto la calidad de las aguas, donde aparecen datos alarmantes, como el hecho de que el 84 por ciento —206 kilómetros— de la longitud fluvial presente riesgo seguro de incumplimiento de los objetivos de calidad establecidos por la Directiva Marco de Aguas (DMA) de la Unión Europea.RÍOS

La situación "más grave" es la de los ríos Guadiaro y Genal. Así, apuntó que las aguas del Guadiaro presentan altos niveles de estreptococos y coliformes fecales, así como amonio y nitrógeno procedentes de los vertidos urbanos y de las granjas porcinas.

El problema se agrava por el retraso en materia de depuración. De los 22 municipios, sólo cuatro —Ronda, El Burgo, Parauta y Gaucín— disponen de Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) en funcionamiento o conducción a depuradora. En el resto de pueblos las depuradoras se encuentran en construcción (Cuevas del Becerro y Algatocín) o en proyecto. En ningún caso se aplica el tratamiento terciario, por lo que no se produce la reutilización de las aguas depuradas, explicó.

Por otro lado, la calidad de las aguas subterráneas, de las que depende el abastecimiento humano, es fundamental en la comarca. En general, los acuíferos gozan de buena salud, excepto el de Guadiaro-Genal-Hozgarganta, en riesgo seguro de incumplimiento de los objetivos de la DMA.

Sin embargo, la comarca registró numerosas incidencias relacionadas con la calidad del agua de abastecimiento, por su dureza y por la presencia de sulfatos. El consumo de agua se sitúa en 175 litros por habitante y día, muy por debajo de la media provincial de 215, y algo superior a la media andaluza, de 170 litros por habitante y día.SUELO

La presión urbanística y el incremento de usos artificiales del suelo se concentra casi en exclusiva en el municipio de Ronda, donde el uso residencial diseminado ha aumentado un 157 por ciento entre 1999 y 2003, con 179 nuevas hectáreas construidas.

Por el contrario, el tejido urbano en Ronda ha crecido sólo en un siete por ciento —35,26 hectáreas—. El resto de municipios no experimentan aumentos o cambios significativos en la ocupación artificial. La ocupación del dominio público hidráulico es del 5,58 por ciento, frente a la media del 23,57 por ciento en la provincia.

Martín se mostró crítico con respecto a los grandes proyectos de urbanización en el entorno de Ronda, que "tanta conflictividad social han generado en los últimos años" y apuntó que "en un territorio con grandes valores ambientales resultan inviables desde el punto de vista de la sostenibilidad ambiental y de la gestión de los recursos hídricos los macroproyectos de urbanización".

Por sus características, apuntó el diputado de Medio Ambiente "la Comarca de Ronda podría liderar el desarrollo de un modelo económico basado en la puesta en valor y el aprovechamiento sostenible de su riquezas naturales".

Por otro lado, respecto a los usos del suelo, entre 1999 y 2003 se registra una pérdida de 1.041 hectáreas de suelo agrícola, principalmente de regadío —pérdida de 761 hectáreas—, mientras que en Ronda y Cuevas del Becerro se han ganado en el mismo periodo 2.204 hectáreas para cultivo de secano.

El suelo forestal ha experimentado un ligero incremento —0,64 por ciento— entre 1999 y 2003, explicó. En cuanto a espacios protegidos, la comarca, con 36.753 hectáreas, alcanza un 26,45 por ciento de superficie protegida, que asciende al 49,85 por ciento —69.248 hectáreas— si se contabilizan los lugares incluidos en la Red Natura 2000. Asimismo, la comarca de Ronda es la única de la provincia con dos Reservas de la Biosfera; las de Sierra de las Nieves y Grazalema.

Dato negativo

Un dato negativo relevante es el elevado número de casos de muerte de animales por uso de cebos venenosos, aseveró Martín. El municipio de Ronda, con más de 30 casos registrados entre 2001 y 2007, tiene el "dudoso honor" de encabezar la cifra de envenenamientos de animales en Andalucía, junto con Priego de Córdoba y Villamanrique de la Condesa (Sevilla).

La generación de residuos sólidos urbanos creció entre 2007 y 2008 en un 0,4 por ciento, con 36.1544 toneladas. La media de generación de residuos en la Comarca de Ronda creció entre 2004 y 2008 por encima del ritmo de crecimiento poblacional, a pesar de lo cual la ratio por habitante y día —1,66 kilogramos por habitante y día— sigue siendo la menor de la provincia.

Por último, apuntó que el aumento en la dotación de contenedores ha llevado a un notable incremento en la recogida de reciclables. El volumen de vidrio recogido ha aumentado en un 83 por ciento; el de papel y cartón, en un 77 por ciento, y el de envases, en un 68 por ciento.

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