A punto de terminar el invierno astronómico, la gripe estacional ha sido la más leve en los últimos 4 años. Las autoridades preveían una segunda epidemia tras el pico de noviembre, pero no ha sido así. Y eso que el tiempo ha ayudado con varias olas de frío.
"Está claro que el virus nuevo de la gripe ha desplazado al otro y ha permitido, a excepción de dos semanas de noviembre por la gripe A, disfrutar de un invierno sin mucha gripe", resume Anna Vilella, doctora de Medicina Preventiva del Hospital Clínic.
Se han registrado nueve semanas de epidemia (la última, la segunda de diciembre), pero debido a la gripe nueva. A partir de entonces, la gripe estacional (la de siempre) no ha tomado el relevo y su incidencia ha oscilado de 30 a 50 casos por 100.000 habitantes, (100 ya implican epidemia). El contagio también fue mínimo en la temporada 2005-06.
Según Vilella, los virus tienen una gran capacidad de mutar. "Son imprevisibles y no podemos descartar que los próximos meses haya una oleada de gripe estacional", apunta. Al final, se ha hospitalizado a 768 catalanes por la gripe A, que se ha cobrado 54 vidas.
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