Los taiwaneses de San Martín murieron de forma "natural", por una intoxicación

  • La Guardia Civil da por cerrado el caso de la muerte de tres taiwaneses en una casa de San Martín de Valdeiglesias.
  • La autopsia ha determinado que se trató de una muerte "natural", debida probablemente a una intoxicación alimentaria.

La Guardia Civil da por cerrado el caso de la muerte de tres taiwaneses en una casa de San Martín de Valdeiglesias (Madrid), después de que la autopsia haya determinado que se trató de una muerte "natural", debida probablemente a una intoxicación alimentaria, y los cadáveres hayan sido incinerados.

Según han confirmado este lunes fuentes del instituto armado, el informe toxicológico de la autopsia ha determinado que la muerte del padre de la familia y dos de sus hijos fue "natural", debida probablemente a una intoxicación alimentaria, ya que no se ha encontrado ningún indicio que apunte a una muerte violenta, como un homicidio o un envenenamiento.

En concreto, la autopsia ha determinado que las muertes se produjeron por un paro cardíaco y, como entre los restos analizados no se ha encontrado ningún veneno o elemento inorgánico que los fallecidos hubiesen podido ingerir, la principal hipótesis es que varios miembros de la familia comieron algo en mal estado o que les produjo una reacción alérgica, por lo que finalmente murieron.

La madre, ingresada

El informe toxicológico se conoció la semana pasada y a continuación unos familiares de los fallecidos que habían reclamado sus cuerpos los incineraron, mientras la madre de la familia continúa ingresada en un hospital con problemas psiquiátricos y los tres hijos que sobrevivieron en el chalé siguen tutelados por la Comunidad de Madrid en un centro especializado.

El resultado final de la autopsia se ha conocido un mes y medio después de que el pasado 14 de enero la Guardia Civil y la Policía Local de San Martín de Valdeiglesias descubriesen en el chalé ubicado en el número 35 de la calle Benavides de Órbigo los cadáveres de tres personas de una misma familia: el padre, P. K. L., de 46 años, el tercer hijo, C. Y. L., de 9 años, y la quinta hija, C. J. L., de 4.

Junto a ellos estaban, vivos pero con síntomas de abandono, la madre, S. F. C., de 44 años, la hija mayor, Y. J. L., de 14, la segunda, I. P. L., de 11, y el cuarto hijo, C. R. L., de 6 años.

Los niños llevaban semanas sin ir a clase, motivo por el que la Policía Local acudió al domicilio, y cuando los agentes les encontraron relataron que no podían salir de la casa porque infectarían al pueblo, según les había asegurado su madre, que sufre problemas psiquiátricos.

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