Las mujeres aragonesas cobran un 31% menos que los hombres, la mayor brecha salarial de España, según CAI

La tasa de paro de las mujeres aragonesas es la tercera más baja de España, de un 13 por ciento

Las mujeres aragonesas cobran un 31 por ciento menos que los hombres, la mayor brecha salarial de España, que se traduce en 590 euros mensuales, según indica un análisis del Servicio de Estudios de Caja Inmaculada (CAI) con motivo del Día Internacional de la Mujer, que se celebrará el próximo lunes 8 de marzo.

Según la última encuesta de estructura salarial del INE, correspondiente a 2007, el salario medio anual de las mujeres en España es un 25 por ciento inferior al de los hombres (16.944 euros frente a los 22.780 euros de los hombres), y superior al de la media europea, cuya diferencia salarial se sitúa en el 15 por ciento.

Esta diferencia salarial se aprecia en todas las Comunidades Autónomas: en 15 de ellas la diferencia es de entre el 20 por ciento y el 30 por ciento. La diferencia es mayor en las ocupaciones cuyos ingresos son más elevados (donde las mujeres cobran un 39 por ciento menos que los hombres), en los contratos indefinidos (-34 por ciento) y crece conforme aumenta la edad, debido a la mayor cualificación de las trabajadoras más jóvenes.

La igualdad entre hombres y mujeres es uno de los valores esenciales de la Unión Europea; en los últimos años se han tomado numerosas medidas y aplicado planes, como el Plan de Trabajo para la Igualdad entre Hombres y Mujeres de la Comisión Europea, el Pacto por la Igualdad de Género del Consejo Europeo o la creación del Instituto de la Igualdad de Género.

Por otro lado, el informe indica que la tasa de paro de las mujeres aragonesas (13 por ciento) es la tercera más baja de España, frente al 19 por ciento de la media nacional. En esta clasificación, Teruel es la provincia con menos mujeres desempleadas. Además, Aragón se caracteriza por ser una de las cinco Comunidades Autónomas donde el índice de paro de las mujeres (13 por ciento) es inferior al de los hombres (14 por ciento).

No obstante, el hecho de que la crisis haya afectado con mayor intensidad a los sectores tradicionalmente con mayor presencia masculina, como la construcción o la industria, ha hecho que el diferencial entre la tasa de paro de hombres y mujeres se haya estrechado paulatinamente en los dos últimos años, llegando a ser prácticamente iguales a finales de 2009.

De los 34.000 empleos perdidos en el último año en Aragón, el 30 por ciento correspondió a mujeres y el 70 por ciento restante a hombres. Además, si se observa la tasa de empleo de los hombres y las mujeres desde el tercer trimestre del 2007, cuando registró el nivel más alto de los últimos años, la tasa de empleo de los hombres ha disminuido en más de 8 puntos porcentuales (del 66 por ciento de la población activa al 56 por ciento), mientras que la tasa de empleo de las mujeres se ha reducido menos de 3 puntos.

Trabajo a tiempo parcial

Otro aspecto que caracteriza el mercado laboral femenino aragonés es la gran proporción de mujeres que trabajan a tiempo parcial: el 24 por ciento de las mujeres trabajadoras lo hacen con un contrato de jornada reducida, frente al 4 por ciento de los hombres, sin embargo, esta tasa es inferior a la media de la zona euro (34 por ciento). El 84 por ciento de los contratos a tiempo parcial suscritos en el último trimestre de 2009 corresponde a mujeres.

Los dos motivos principales que llevan a las mujeres españolas a trabajar con una jornada reducida es no haber encontrado trabajo a tiempo completo (45 por ciento) y el cuidado de los hijos o de las personas dependientes (17 por ciento); mientras que en el caso de los hombres, esta última causa representa el 1,4 por ciento de los contratos.

En Europa, al igual que en España, el aumento de la ocupación femenina ha sido el factor principal de crecimiento continuo de trabajo: de los más de 19 millones de nuevos empleos creados desde el año 2000, 12,6 han sido ocupados por mujeres (65 por ciento). Del mismo modo, la tasa de paro ha pasado de representar el 12 por ciento de la población activa femenina al final de los años 90 al 8 por ciento en el 2008, la menor tasa histórica.

Un aspecto que incide de manera especial en la vida laboral de las mujeres es el de la conciliación de la vida personal, familiar y profesional, que muchas veces les obliga, en mayor proporción que a los hombres, a cambiar su modo de vida por la dificultad de compatibilizar el trabajo doméstico y de cuidado de los hijos con el trabajo fuera del hogar.CORRESPONSABILIDAD

La incorporación de la mujer al mercado laboral no se ha traducido en una distribución equilibrada del reparto de las tareas domésticas y todavía existen grandes diferencias en lo que se refiere a la corresponsabilidad.

Actualmente, el peso de estas tareas recae mayoritariamente en la población femenina; si se analizan las principales causas de inactividad laboral, se observa que la causa más común en las mujeres es la dedicación a las tareas del hogar (43 por ciento), frente al 5 por ciento de los hombres.

La dificultad para esta conciliación tiene relación con otras cuestiones como el retraso de la edad de la maternidad, que en ocasiones es la causa del abandono del mercado laboral: como se observa en el gráfico, a medida que aumenta el número de hijos de la pareja, la tasa de empleo de la mujer va disminuyendo, mientras que la del hombre se mantiene estable e incluso aumenta.

Muchas de las diferencias y dificultades que han encontrado las mujeres en el pasado han ido desapareciendo; un buen ejemplo de ello es el mayor grado de escolarización de las mujeres, que representan en la actualidad mayoría en todas las etapas del proceso educativo post-obligatorio.

En el curso 2008-2009, el 54 por ciento de los matriculados en la Universidad de Zaragoza son mujeres, y en todas las ramas, excepto en las de ingeniería, las mujeres superan el 60 por ciento del alumnado.

Sin embargo, la mejora del nivel educativo de las mujeres no se refleja suficientemente en su participación en el mercado laboral, ni en los puestos de responsabilidad; ejemplo de ello es que en 2008, en las empresas del Ibex 35 había 50 consejeras, frente a 500 consejeros.

A este respecto, la Ley de Igualdad también ha supuesto un importante avance para incrementar la presencia de las mujeres en los órganos de decisión de las empresas.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento