En la presentación de este encuentro, Macías señaló que en los dos últimos años, España "ha presenciado una intensa trasformación de las exclusiones sociales, que se despliega en vidas desahuciadas, gentes desesperadas y grupos humanos en tierra de nadie", según informó la organización en un comunicado.

Asimismo, la profesora indicó que la crisis "ha producido nuevas exclusiones y desvelado nuevos mecanismos, tanto en el centro como en la periferia, tanto en el norte como en el sur, tanto en la zona de integración como en la zona de la supervivencia", aunque matizó que ha sido en "las periferias del sistema, los 'sures' del mundo y los excluidos de siempre, donde se ha mostrado con mayor densidad su poder destructor".

Afirmó también que "la misma realidad que nos destruye es la que nos construye" y apuntó que "hay un creciente despertar de las conciencias y una multitud de alternativas solidarias". "Unas producidas por los propios excluidos y por aquellas organizaciones que les acompañan, y otras que germinan en el espacio cultural, universitario y político", añadió.

"Mientras los ensayos de economía intentan explicar las causas de la crisis y los tratados de sociología intentan comprender los efectos, los pequeños relatos transmiten fragmentos de esperanza", señaló Macías, quien indicó que el curso "propone abordar las exclusiones en el contexto de la crisis global e identificar las pequeñas alternativas que abren esperanza para los desfavorecidos, mediante la solidaridad colectiva y la iniciativa social".

Joaquín García, del Departamento de Trabajo Social y Servicios Sociales de la Universitat de València, que inauguró este curso con la ponencia 'La crisis actual es más que económica: los nuevos mecanismos de exclusión', aseveró que se trata de una crisis de "consumo, que no de producción, ni de oferta".

"Una crisis que esta provocando consecuencias tan graves como el endurecimiento de la opinión que los españoles tienen de los inmigrantes", explicó el ponente, haciendo referencia al informe Racismo y Xenofobia 2009, elaborado por el Observatorio del Racismo y la xenofobia.

García colocó al consumismo exacerbado "como uno de los principales causantes de la crisis actual" y se refirió a él como "una de las grandes adicciones de nuestro tiempo". Añadió que el consumo "alimenta nuestras necesidades y condiciona nuestros estilos de vida".

Hizo también referencia a una serie de mecanismos derivados de la adicción al consumo, al que vinculó directamente con la crisis. Entre ellos, "la dependencia hacia un objeto determinado, el hecho de que el adicto, en sentido general, siempre echa la culpa a los otros como a la infancia, al director del banco, al vecino que no le advirtió; o el que se distorsione la realidad simulando que todo está bien". "Los bancos disimulan que no pasa nada, los altos ejecutivos disimulan su identidad y los afectados esconden sus miserias y privaciones", aseveró.CONSUMO

"No podemos seguir haciendo del consumo la principal razón de ser", afirmó García, quién planteó una serie de propuestas a la situación actual. Así, en primer lugar planteó la "revolución de las expectativas" y en segundo lugar el que "se debe tener claro que existen alternativas".

Asimismo, señaló la "importancia" de los grupos de apoyo, ya que "todo el mundo que quiere dejar de lado una adicción necesita del apoyo se sus amigos, de la gente que quiere y de las organizaciones, sino es difícil rehacer una identidad". Por último, defendió las "nuevas maneras de disfrutar con el espacio y el tiempo, impulsando el espacio público como un lugar de comunicación y encuentro".