Reconoció que las plantillas son las que son y que a veces están cubiertas de forma rotatoria, lo que provoca que no todos "puedan tener un nivel de excelencia del catalán".

La gente tiene derecho a ser atendida en su lengua, pero si en el aeropuerto de Girona hay agentes de Galicia o Andalucía, aunque tengan buena voluntad, no pueden hacerlo, explicó el subdelegado, quien declaró que "cualquier persona con medio dedo de frente tendría que entender esta situación".

"Será la juez quién dictaminará qué pasó", insistió Busquets, pero aseguró que el tema, aunque fue presentado como un problema lingüístico, fue un asunto "de formas, de maneras de entender la educación".

Asimismo, el subdelegado animó a la gente a llamar a la Guardia Civil de Girona para comprobar en que idioma eran atendidos, lo que demuestra, dijo, "el interés y las ganas de los agentes de atender a los ciudadanos en su lengua".

Los hechos a los que se hacía referencia sucedieron el pasado 3 de septiembre de 2009, cuando los dos agentes de la Guardia Civil fueron avisados de que una mujer llevaba en el equipaje de mano un 'spray' no permitido y ésta se negó a hablarles en castellano. El juicio se celebró el 22 de febrero, donde el Fiscal pidió una multa de 200 euros para la acusada, mientras que el abogado defensor reclamó su absolución. El juicio quedó visto para sentencia.