Un coloso en llamas con fantasmas y conspiraciones de por medio. Hace cinco años tuvo lugar uno de los incendios más polémicos que se recuerdan en España: el fuego de la torre Windsor, el antiguo rascacielos de la zona  Azca de Madrid. Un suceso que comenzó con el argumento de una película de catástrofes, continuó como un thriller de conspiraciones políticas y terminará, probablemente en 2011, convertido en uno de los centros comerciales más grandes de Europa, o al menos eso dicen.

La torre Windsor comenzó a arder poco antes de la medianoche de aquel 12 de febrero de 2005. El incendio se originó en la planta 21. Primero se derritió toda la estructura exterior, después las plantas inferiores, hasta que las llamas llegaron a la azotea, momento en el que el edificio dejó al descubierto su estructura interior.

Antorcha de 106 metros

El fuego era tan grande que se podía divisar desde cualquier punto de Madrid. Una enorme antorcha de 106 metros de altura que, para algunos, simbolizaba una especie de aviso místico, una torre de Babel que ardía fruto de nuestra arrogancia occidental.

El hecho no dejó indiferente a nadie, y puso algo de relieve: el necesario cambio de normativa para que tales moles contaran con unos mínimos de seguridad en materia de incendios. La torre Windsor era un edificio de los años setenta y, en aquella época, la prevención y protección contra las llamas no era tan exigente como hoy en día.

El nuevo inmueble, que ya se encuentra a medio edificar, será más seguro y moderno, con una planta cilíndrica acristalada, 103 metros de altura, 22 plantas, 8 menos que el anterior Windsor (7 de ellas comerciales) y abrirá en el 2011 anexándose al centro comercial aledaño.

¿Qué fue de los fantasmas?

Las causas del incendio parecen estar hoy en día resueltas: un cigarro mal apagado. Sin embargo, aún hay muchos misterios sin resolver.

Entre ellos, las dos sombras humanas que un videoaficionado grabó cuando el edificio se encontraba desalojado, justo después del fuego. Los fantasmas del Windsor, como se les llamó, sembraron todo tipo de conjeturas, entre ellas, si las llamas habían sido provocadas adrede para ocultar unos documentos comprometidos.

CARA A CARA

Ariel F.
48 años. Peatón.
"Estaba paseando por aquí, me he detenido y me he preguntado: ¿esto de qué va? Me enteré de lo del fuego, pero no sabía nada del nuevo edificio. Se ve más seguro, con cimientos mucho más sólidos".

Manuel Martín
27 años. Ingeniero.
"Trabajo para este tipo de obras y por eso me ha llamado la atención. Es increíble lo rápido que van. Además, hacer esto aquí, en el centro de Madrid y sin molestar es muy difícil. Sobre todo para traer los materiales".

Irene Azerrad
18 años. Estudiante.
"Acabo de venir de Málaga y es mi primer año en Madrid. Me enteré del incendio por la televisión, pero nada más. Me gustan los edificios así de grandes. Intimidan mucho. ¡En Málaga son todos tan pequeñitos!".