Según funcionarios estadounidenses, más de cien presos han pasado por esas instalaciones, cuya ubicación sólo conocen en los EE UU el presidente y un puñado de funcionarios, además de unos pocos miembros de los servicios de inteligencia de cada país donde se encuentran.
Bruselas incluirá en su investigación «contactos políticos para saber exactamente lo que está ocurriendo». En el hipotético caso de que esas prisiones existieran, ese hecho «no sería compatible» con las convenciones internacionales en la materia, ni con la carta de derechos fundamentales de la UE, que aún no ha entrado en vigor.
La Cruz Roja, entretanto, reclama el acceso a esos centros para poder evaluar el trato que reciben los presos, como ya intenta hacer en Guantánamo, Irak o Afganistán. «Estamos preocupados por el paradero desconocido de un número indeterminado de personas detenidas como parte de la supuesta guerra global contra el terror», señaló ayer la organización.
Polonia y Rumanía lo niegan
Tanto Rumanía como Polonia, aliados de los EE UU en el centro de Europa, han negado que albergaran centros secretos. Human Rights Watch llega a asegurar que el 22 de septiembre de 2003 aterrizó en el norte de Polonia un Boeing 737 procedente de Afganistán con numerosos detenidos de la CIA. Ese mismo mes, dice la organización, otro aparato volaba hacia una base aérea de Rumanía que durante largo tiempo tuvo prohibido el acceso al público.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios