Los tenderos de la calle Hortaleza están celosos de los de la calle Fuencarral. El motivo, el nuevo paso de cebra que han puesto a raíz de la peatonalización del eje Montera-Fuencarral.

Fue a finales de julio cuando desaparecía el cruce de la Gran Vía que unía, desde hace un siglo, las calles Montera y Hortaleza. Con él también empezaron a desaparecer los clientes. "Al mes ya notamos la caída de público y durante las pasadas Navidades las ventas bajaron un 50%", explica Luis Gimero, portavoz de los comerciantes.

Para que sus quejas no caigan en saco roto han iniciado una pegada de esquelas en todos los escaparates, una recogida de firmas pidiendo la reposición del paso de peatones y van a crear una asociación de afectados.

Mayor tirón

Los tenderos y algunos vecinos consideran, además, que "el nuevo cruce [a unos 50 m más arriba del antiguo] se ha hecho para que la calle Fuencarral tenga mayor tirón después de que fuera peatonalizada".

Por su parte, el Ayuntamiento de Madrid justifica la instalación del nuevo cruce de Fuencarral para favorecer el eje peatonal de la calle Montera, Arenal y plaza de Isabel II y aseguró, pese a las quejas del barrio, que el cruce "no se va a cambiar". También recordó que "los madrileños pueden realizar cualquier sugerencia que será estudiada y analizada por el Consistorio".

Piden el semáforo

Carmen Fernández. Farmacéutica. "Llevo 42 años trabajando en la farmacia y la disminución del tránsito es muy grande y tenemos un 20% menos de clientes. Para ir al banco, que está al otro lado de la Gran Vía, tenemos que dar una vuelta tremenda".

Juan Carlos. Trabaja en una pizzería. "Ha bajado un poco la clientela de la pizzería y se nota que el torrente de gente va más hacia la calle Fuencarral. Entre semana es cuando más notamos el descenso de comensales en el establecimiento".