"He cogido un poco de peso y empiezo a tener algo de pecho. También me han ensanchado las caderas y se me ha dulcificado la voz". Como una joven en plena pubertad, C. E. vigila a diario cómo su cuerpo empieza a convertirse en el de una mujer. A sus 17 años lleva algo más de medio año hormonándose para cumplir su sueño: «Ser una chica normal y corriente», explica.

Esta joven valenciana recuerda que desde que tiene uso de razón se ha sentido mujer, pero que hasta que cumplió los 15 no reunió las fuerzas suficientes para confesárselo a su familia. "Siempre he intentado ser lo más discreta posible: de pequeña me escondía cuando jugaba con muñecas porque me olía que no lo entenderían. Más adelante incluso salí con una chica para pasar desapercibida", confiesa.

Una discreción que no evitó que la gente hablase mal de ella. "Vivo en un pueblo [Oliva] donde la gente es muy anticuada. Me han dicho de todo: desde maricón hasta que hago todo esto sólo para llamar la atención y porque no ligaba", explica.

Hace dos años decidió sincerarse con sus padres. Desde entonces no ha tenido que volver a fingir lo que no es y ha podido empezar a vivir su sueño. En pocos meses será mayor de edad y podrá pasar por el quirófano para someterse a una operación de reasignación de sexo.

"Yo también iría a los juzgados"

La semana pasada se dio a conocer que se había practicado la primera operación de cambio de sexo a un menor en España gracias a una orden judicial. Desde entonces, los expertos se han mostrado a favor y en contra de la intervención en menores. C. no irá a los juzgados porque le falta poco para cumplir los 18, pero confiesa que lo haría si le quedara más tiempo.