Los Robinson se unen a una larga lista de infidelidades con honra

  • A pesar del escándalo desatado por la infidelidad de su mujer, el primer ministro norirlandés la ha perdonado.
  • Es el primer hombre público que lo hace, pero ellas sí son más dadas al olvido y hay una larga lista de famosas 'cornudas'.
Hillary y Bill Clinton, una pareja sacudida por las infidelidades.
Hillary y Bill Clinton, una pareja sacudida por las infidelidades.
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Hillary y Bill Clinton, una pareja sacudida por las infidelidades.

Enterarse de una infidelidad es penoso, que se haga público, humillante. Contra todo pronóstico, algunas parejas han seguido adelante a pesar de la traición. Y ya era hora de que se cambiaran las tornas y el sufridor fuera él.

El caso de la Sra. Robinson ha sorprendido a medio mundo. Según destapó la semana pasada un reportaje de la BBC, la primera dama de Irlanda del Norte –nueva heroína de las cincuentonas de Belfast– emuló hace dos años a su tocaya cinematográfica de El graduado al mantener un affaire con un jovencito, Kirk McCambley, su vecino de 19 años, hijo de su carnicero de toda la vida, teniendo ella 58. Y utilizó sus influencias para conseguir unos 55.000 euros y una licencia para que "su chico" montara un café.

Pese a todo, su marido, el primer ministro Peter Robinson, ha abandonado su puesto y afirma que "ha perdonado" a su mujer y que debe ayudarla, ya que se ha intentado suicidar y se encuentra actualmente recluida en un psiquiátrico. Paradojas de la vida, teniendo en cuenta lo mucho que ella había criticado a Hillary Clinton por las infidelidades de su marido, alguien que, por otra parte, parece sufrir mucho menos ante sus indiscreciones.

No contento con el escándalo de sus relaciones tildadas de "no sexuales" con Monica Lewinsky, –por las que ni dimitió ni se encerró en un psiquiátrico– hace escasos días el libro Game Change, escrito por dos periodistas norteamericanos, documentaba que Bill Clinton mantuvo una relación estable con otra mujer mientras Hillary se volcaba en su campaña presidencial. Además, afirma que ella estuvo a punto de renunciar a la oferta de Obama de convertirse en su secretaria de Estado por temor a que el romance saliera a la luz.

Mucha paciencia también tuvo que tener Liz Hurley al hacer la vista gorda después de que la Policía pillara a su novio de entonces, Hugh Grant, en el coche con una prostituta. Y Victoria Beckham, cuando Rebecca Loos proclamó ser la amante de su marido, David. O Sienna Miller, cuando medio mundo supo que Jude Law se beneficiaba a la niñera. En aquel entonces ella rompió, pero ahora parece haberle dado una segunda oportunidad.

Fingió cáncer de testículos

Ayer, el diario The Irish Independent añadía más leña al fuego y aseguraba que el joven amante de la primera dama norirlandesa, Kirk McCambley, entró en pánico cuando ella empezó a demandar más atención, bombardeándole con cartas de amor. Así, fingió padecer cáncer de testículos para eludir los encuentros amorosos y finalmente poner fin a su relación en 2008. Además, Kirk mantenía de forma paralela otra relación con una adolescente. Éste ahora ha sido erigido como icono homosexual y la revista gay Attitude le quiere en portada.

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