Soto, en un comunicado, recordó que el presupuesto de 2010 es "todavía más bajo" que el de 2009, al pasar de 1.824.324 euros a 1.822.824, por lo que "no sirve de nada contratar un buen director por 100.300 euros si ello no va acompañado de voluntad política para relanzar el festival", a pesar, dijo, de "existir un consenso generalizado sobre la necesidad de incrementar el presupuesto de forma significativa".

El representante socialista recordó que la Mostra de 2009 fue, "probablemente por la premura con que fue preparada", un festival "de transición, con luces y sombras".

Soto reconoció que supuso "una ruptura con el anterior modelo del certamen" y que registró "algunos apuntes interesantes", como una "mayor coherencia en la programación", "mayor rigor" y la "renuncia a la contratación de estrellas a golpe de talonario y que casi nunca tenían relación con el contenido del festival".

El concejal, no obstante, apuntó que dicha edición también sirvió para evidenciar "la falta de definición de las grandes líneas por las que debe transitar la Mostra", además de mostrar fallos como "falta de proyección", "falta de conexión con la ciudad y la ciudadanía" y "la excesiva dispersión de las salas y la falta de un centro que sirviera como caja de resonancia del festival".

"El año pasado dimos un voto de confianza a todo lo que significaba la contratación de un nuevo director, pero no es un cheque en blanco a la falta de compromiso político y de apoyo presupuestario por parte del equipo de gobierno de Barberá", afirmó el representante socialista.

El edil subrayó la recuperación de la subvención del Ministerio de Cultura, "una señal de que se ha recuperado la interlocución entre ambas instituciones, así como de la calidad del proyecto". Sin embargo, la Generalitat "mantiene el recorte de dos millones de euros en el convenio destinado a financiar la actividad cultural del Palau de la Música y la Mostra", aseveró.

"Desde hace dos años, se ha pasado de los tres millones de euros iniciales hasta la actual aportación de sólo un millón, lo que supone un auténtico varapalo para ambas instituciones culturales", criticó Soto, quien lamentó la "asfixia económica" a la que el Gobierno valenciano somete a las actividades culturales de la capital.