Aunque todavía faltan más de cinco meses para la final del Festival de Eurovisión, la maquinaria del longevo evento ya carbura en España, donde más de 200 artistas han presentado su candidatura a la preselección abierta en la página web de RTVE.

El listado de participantes no se dará a conocer hasta que finalice el plazo de inscripción, el próximo 12 de enero. Ya son varios los cantantes que han oficializado su deseo de concursar en la 55º edición del festival, que tendrá lugar el 29 de mayo en Oslo (Noruega).

Por el momento, la nómina de intérpretes se compone en su mayoría de sacrificados jornaleros musicales, ex concursantes de factorías televisivas y personajes que buscan su minuto de gloria, como la periodista Karmele Marchante, que ha mostrado su intención de acudir a la cita con la canción 'Yo soy un Tsunami'. Nada se sabe de artistas con mayor peso específico, y pocos son los que aguardan que alguno dé un paso al frente.

El público español se aleja del festival y los cantantes de vanguardia se desentienden al escuchar su nombre, pero Eurovisión sigue cosechando lideratos de audiencia y su capacidad de generar discusión se mantiene en buena forma.

Hace unos días, la página eurovision-spain.com realizó una encuesta entre sus internautas, quienes eligieron a Mónica Naranjo como "la artista idónea para representar a España en el festival".

Eurovisión, "mal gestionado" en España

José García, subdirector y jefe de redacción de dicha publicación digital, quiso recordar que la encuesta incluía también nombres como Amaral, Fangoria, La Oreja de Van Gogh o La Quinta Estación; conjuntos a los que "TVE podría proponerle la candidatura y no lo hace", como señala García, que anima a seguir el ejemplo de "otras televisiones europeas, que se lo toman más en serio e invitan a voces consagradas".

"El año pasado, Francia llevó a Patricia Kaas, que ha vendido 16 millones de discos, e Israel se presentó con Noa", apunta García, que culpa a la televisión pública española de "una gestión equivocada" de Eurovisión, la cual perpetúa "una imagen de festival pasado de moda y al que sólo van friquis".

García defiende la vigencia de Eurovisión como "el festival de canciones más importante del mundo", opinión que comparte con la cantante Coral Segovia, que quedó segunda en el 2008, cuando resultó elegido para representar a España Rodolfo Chikilicuatre. "En su momento dolió mucho, pero hoy está todo reciclado", afirma la artista, que este año se postula con la balada En una vida.

"(Eurovisión) No es casposo ni hortera, sino un gran espectáculo que da la oportunidad para que los artistas amplíen sus fronteras hacia Europa", expone la intérprete madrileña.

La vigencia de Eurovisión encuentra defensores como Ainhoa Cantalapiedra, ganadora de la segunda edición de Operación Triunfo, que reclama "responsabilidad a todos los artistas" para ofrecer "una actuación respetable y digna de la repercusión mediática del concurso".

"El concepto de Eurovisión, en estos últimos años, quizás no se haya cuidado tanto a nivel público como lo hacen en otros países", apunta la cantante vasca, que, tras renunciar a la posibilidad de acudir a Eurovisión en 2003, apuesta ahora por su victoria con la pieza Volveré.

El artista José Galisteo, finalista de OT en 2006, recuerda que "Eurovisión se elevó de nuevo" en 2002 con "la actuación de Rosa López". "Desde entonces, España ha tenido participaciones desafortunadas y por eso el festival no ha seguido creciendo", reflexiona el intérprete, que ya ha dado a conocer la Beautiful life, con la que tratará de competir en tierras noruegas.

Los aficionados dispondrán de tres semanas, una vez cerrado el plazo de presentación de candidaturas, para elegir al artista español que acudirá a Noruega. "Si TVE quiere recibir cero puntos, que no lo dude y mande a Karmele Marchante", ironiza José García.