La subespecie del rinoceronte blanco del norte (Ceratotherium simum cottoni) se encuentra desde hace años en peligro de extinción, pero un grupo de expertos checos ha tomado medidas para cambiar su fatídico destino.

De los seis animales en cautividad que viven en el parque zoológico de Dvur Kralove nad Labem, en el norte de la República Checa, cuatro serán trasladados este fin de semana a una reserva en Kenia, con la esperanza de que se reproduzcan por medios naturales con rinocerontes blancos del sur (Ceratotherium simum simum).

"Esperamos que se produzca un híbrido entre rinocerontes blancos de sur y del norte, con crías que tengan un padre norteño y madre sureña", explicó a Efe el zoólogo jefe del parque, Pavel Moucha. El animal cruzado sería siempre blanco, pero genéticamente incorporará las variables de ambas subespecies.

El alarmismo reina en torno al rinoceronte blanco, ya que sólo consta que existan animales de la subespecie norteña en Dvur Kralove y en el zoo de San Diego (EEUU), mientras que los que viven en libertad se cuentan con los dedos de una mano.

Fue la previsión del naturalista checo Josef Vagner, entonces director de la principal reserva animal checa, lo que llevó en la década de 1970 a obtener varios ejemplares de rinoceronte blanco. Pero desde entonces sólo se han reproducido cinco ejemplares, todos ellos por medios naturales, un número demasiado bajo para mantener la especie.

Suelen vivir más en cautividad

"Hemos intentado seis veces la reproducción asistida con inseminación artificial, pero sin resultados", explicó Moucha. "Dado que estos animales son de edad avanzada, no podemos esperar hasta que el método de reproducción asistida evolucione más y ofrezca mayores garantías", agregó el experto.

Las hembras Fatu y Naim, de 9 y 20 años, respectivamente, y los machos Suni y Sudán, de 27 y 38 años, parten hoy mismo hacia Kenia. El hecho de que en la región centroeuropea se registren actualmente temperaturas cercanas a -7°C ha hecho que algunos ecologistas teman por las vidas de los animales.

La esperanza de vida de estos rinocerontes es de cuarenta años cuando están en libertad, pero suelen vivir más en cautividad. Sudán, el más viejo de los cuatro, "no tiene ningún indicio de enfermedad o vejez y si pudiera generar una o dos crías sería un éxito", apuntó Moucha.