Según informó hoy el Departamento vasco de Interior, los ladrones se apostan en las cercanías de las sucursales bancarias vigilando los movimientos de los clientes que operan en ellas, generalmente personas de avanzada edad, bien en el interior de la oficina o en el cajero automático.

Cuando aprecian que éste ha realizado un reintegro de dinero, una vez que sale de la entidad le siguen discretamente hasta que deciden abordarle con cualquier excusa -le preguntan por la localización de una calle, por algún vecino que creen que vive en el mismo portal de la víctima u otro pretexto-, momento en que aprovechan para sustraerle el dinero que acaba de sacar del banco.

Por ello, la Ertzaintza alertó a la población de la presencia de estos delincuentes y pidió a los ciudadanos máxima discreción a la hora de retirar dinero, teniendo en cuenta varias recomendaciones, que también son extensibles en las fechas que se avecinan a aquellos lugares en que se registran aglomeraciones de gente con motivo de las compras y diferentes eventos que se celebran durante las navidades.CONSEJOS

Según indicó, cuando se realice una operación en la oficina bancaria hay que guardar el dinero junto al mostrador. "Tenemos la mala costumbre de cruzar el umbral del banco mientras introducimos el dinero en nuestra cartera. Este consejo es igualmente válido para los cajeros automáticos en los que, quizá apremiados por la espera de otro cliente, abandonamos apresuradamente su interior o introducimos el dinero mientras caminamos por la acera", explicó.

En el cajero automático, mientras se realiza la operación, consideró conveniente ocultar con el cuerpo la salida del dinero e introducirlo en la cartera antes de salir al exterior. En muchos casos y si nos han observado desde el exterior, el carterista no tendrá la certeza de qué tipo de operación se ha llevado a cabo.

Si se porta una cierta cantidad de dinero, del cual no se va a hacer uso en el momento, es conveniente ocultarlo en los compartimentos más discretos de la cartera. Así, cuando se vaya a hacer uso de la misma, nadie podrá ver la cantidad de dinero que contiene y el carterista no se arriesgará.

El carterista intentará que cada cartera sustraída le reporte el máximo beneficio posible, por lo que sólo actuará cuando tenga la certeza de su contenido.

Bolsillos interiores

También consideró conveniente guardar la cartera en aquellos bolsillos que ofrezcan más dificultad de acceso para el carterista (en el bolsillo interior de la americana y en aquellos en los que se perciba el contacto de la cartera con el cuerpo). Si la cartera se guarda en un bolso, hay que introducirla en los compartimentos interiores, cerrando todas las cremalleras o broches.

El bolso tiene que estar bien asido, situándolo de forma que siempre esté dentro del ángulo de visión, normalmente apoyado en el regazo y situando su sistema de apertura hacia su interior, es decir, en contacto con el cuerpo.

En las aglomeraciones -semáforos, accesos a transportes urbanos, etc.- hay que desconfiar de las personas que se sitúan junto a uno portando una gabardina u otra prenda de vestir plegada sobre uno de sus brazos, y también de quienes porten un periódico doblado.

A estas prendas y al periódico se les denomina "muletas" y le sirven al carterista para disimular su acción cubriendo con la misma la apertura, con la mano libre, de un bolso o la extracción de una cartera de su bolsillo.

Las precauciones tienen que extremarse al acceder a un medio de transporte. Los contactos físicos o empujones son muy habituales y un momento propicio para "aliviar" una cartera.

En el interior de los transportes colectivos hay que evitar, en la medida de lo posible, la proximidad con el resto de los viajeros y que nuestra americana o abrigo se separe del cuerpo cuando nos asimos a una barra o a otro medio de aseguramiento. "Nuestra somnolencia mientras viajamos es un momento idóneo que tampoco despreciará un carterista. En estos transportes sitúe su cartera o bolso al lado contrario de la persona que se siente junto a usted", concluyó.