El papa Benedicto XVI expresó este domingo su "alegría" por el hecho de que se conserve la tradición de poner el belén durante la Navidad en casa de las familias católicas, pero advirtió de que este gesto no es suficiente, pues debe ir acompañado de una fidelidad diaria al amor de Cristo.

Durante su habitual rezo del Ángelus, el Pontífice dedicó un saludo "con gran afecto" a las familias que se dirigieron a San Pedro del Vaticano para la bendición de las figuritas del Niño Jesús que después colocarán en sus pesebres.

"Os saludo a todos con gran afecto y os agradezco que hayáis venido. Es para mí un motivo de alegría saber que en vuestras familias se conserva la usanza de poner el belén", afirmó Benedicto XVI. "Pero no basta repetir un gesto tradicional, aunque sea importante. Es necesario intentar vivir en la realidad de todos los días lo que el belén representa", añadió.

Según el Obispo de Roma, el belén es una "escuela de vida", con la que podemos aprender la verdadera alegría, que no es, dijo, tener muchas cosas, sino sentirse amados por el Señor, ser regalo para los demás y quererse mucho.

Benedicto XVI se refirió además a la "triste noticia" del asesinato de cuatro misioneros en algunos países de África en los últimos días: se trata de Daniel Cizimya, Louis Blondel, Gerry Roche y Denise Kahambu.

"Han sido fieles testimonios del evangelio, que han sabido anunciar con valentía, incluso a riesgo de su propia vida", incidió el Papa, quien expresó su "cercanía" a los familiares y a las comunidades religiosas de estos misioneros.

Ya en español, el Pontífice saludó a los miembros de la comunidad de los Legionarios de Cristo que fueron ordenados sacerdotes el sábado y a los fieles de las parroquias españolas de Formentera, Zaragoza, Málaga y Valencia presentes este frío domingo de adviento en San Pedro del Vaticano.