El fiscal eleva de 3 a 5 años la petición de cárcel para dos mossos por detención ilegal

  • Los hechos ocurrieron en Barcelona en febrero de 2007.
  • Solicita además una indemnización de 3.000 euros.
  • Y la inhabilitación absoluta de los dos agentes durante nueve años.

La Fiscalía ha elevado a de tres a cinco años de prisión su petición inicial de condena para dos Mossos d'Esquadra por detener de forma ilegal a un hombre a la salida de la discoteca Bikini de Barcelona en febrero de 2007. Solicita además una indemnización de 3.000 euros y la inhabilitación absoluta de los dos agentes durante nueve años.

Durante el juicio, celebrado en la Audiencia de Barcelona, ha quedado probado que la madrugada del 4 de febrero de 2007 la víctima, Edgar José C.F., requirió la presencia de una patrulla de los Mossos porque había tenido una discusión personal en la discoteca Bikini con Raúl Miguel S.D., un mosso que no estaba de servicio y que era hermano de su ex novia.

Al lugar acudieron los dos agentes acusados, Teresa A.I. y Ricardo M.D.. Según su declaración, después de comentarle a Edgar José C.F. que eran de la comisaría de Les Corts —la misma del agente con quien la víctima había discutido— éste les dijo "que se marcharan, que no le servían para nada" y empezó a "gesticular agresivamente".

Edgar José C.F. les amenazó y les dijo que saldrían en todos los medios. Los agentes tuvieron "suficiente" con la gesticulación para entender que "les estaba faltando al respeto", con lo que le pidieron su identificación para acusarlo de una falta de desobediencia administrativa, porque no atendió a sus solicitudes de que se calmara.

Como la documentación se encontraba en el interior de la discoteca, los agentes le pidieron que les acompañara a comisaría a lo que, según ellos, la víctima accedió aunque es posible "que en algún momento se le agarrara del brazo". Edgar José C.F. asegura que pidió a los mossos si un amigo suyo podía sacar la identificación del interior, pero éstos no quisieron, y le "cogieron del brazo" para llevarle a la comisaría, a unos 50 metros de la discoteca, sin darle ninguna explicación.

Una vez allí la pareja de agentes lo llevó a un locutorio, donde lo identificaron. Según los acusados, al saber que le sancionaban por una falta administrativa, la víctima "cambió de actitud, empezó a gritar porque no entendía porque estaba allí". Edgar José C.F. dio un puñetazo contra la pared y "se levantó agresivamente de la silla". En ese momento decidieron detenerlo por desobediencia grave.

Según la víctima (que lloró durante gran parte de su declaración), al llegar a la comisaría, los dos acusados y otros agentes le insultaron y le dijeron que "era un perla" y que ya les habían hablado de él. Reconoce que como "estaba nervioso y lloraba" golpeó la pared porque no sabía porque le detenían. Según él, uno de los acusados le dijo que eso le pasaba "por meterse con un compañero".

En el calabozo, apareció el agente con el que había discutido en la discoteca, Raúl Miguel S.D. —para quien la acusación pide 15 meses de prisión— que no estaba de servicio. Según la declaración del agente, solo bajó a ver cómo se encontraba el joven, porque era el ex novio de su hermana. La víctima, sin embargo, asegura que le increpó y le dijo que tenía a todos sus compañeros de su lado. Al marcharse gritó "este maricón que se quede aquí todo lo que haga falta por maricón". Sin embargo, los otros dos mossos que le acompañaban aseguran que no fue así.

Raúl Miguel S.D. fue liberado al mediodía e imputado por un delito de faltas, del que quedó absuelto. La acusación particular pide cinco años de prisión para los dos agentes que acudieron, Teresa A.I. y Ricardo M.D., por un delito de detención ilegal y 15 meses a estos dos agentes, un cabo y a Raúl Miguel S.D. por un delito contra la integridad moral. La Fiscalía solo acusa a Teresa A.I. y Ricardo M.D., para los que pide cinco años de prisión por un delito de detención ilegal.

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