"La crisis económica está forzando a muchos abuelos a tener que hacer de padres"

  • La recesión está transformando la vida cotidiana de los españoles.
  • Usamos menos el coche y más el transporte público, volvemos a la fruta por piezas y la demanda universitaria se ha disparado.
  • Todo ello en plena era de las nuevas tecnologías.
  • Ginés Marco, profesor de sociología y ética, analiza estos cambios.
Ginés Marco.
Ginés Marco.
Jacobo Paya
Ginés Marco.

¿Cómo está cambiando la sociedad en relación con las nuevas tecnologías? ¿Está influyendo la crisis?

Internet y la telefonía móvil nos ayudan a estar comunicados allende nuestras fronteras, pero pueden hacer que nos alejemos de los más próximos.

¿Tanto nos condicionan?

Han supuesto una irrupción de pleno en la vida cotidiana de los ciudadanos corrientes, especialmente en los jóvenes, aunque se echa en falta un necesario espíritu crítico a la hora de usarlos. Es necesario, por los contenidos que se transmiten, que haya una auténtica comunicación. En ocasiones favorecen una cultura del anonimato, que carece de rostro humano y genera un poderoso individualismo.

¿La gente se refugia ahora en Internet y el teléfono móvil?

Curiosamente no se recortan gastos ya que, con las tarifas planas, se nos hace creer que pagamos menos.

¿Qué otras cosas de la vida diaria están cambiando?

Se están modificando ciertos hábitos y la crisis está reivindicando, en el caso español, el papel de la familia y más concretamente de los abuelos. Los mayores están haciendo de verdaderos sustitutos de los padres que están sin trabajo o buscándolo.

¿A qué se debe?

La economía sumergida está sirviendo de tapadera para ocultar no pocas situaciones penosas o incluso irregulares por parte de empresarios que, aprovechando una coyuntura desfavorable, invitan a vincularse como sea. El cómo sea es muy peligroso, porque supone hacer una renuncia a derechos, lo que conduce a una reiteración en la precariedad, es un círculo vicioso.

¿Y qué papel juegan ahí las familias?

La institución familiar está sosteniendo, en gran medida, los efectos de la crisis en España. En caso contrario, con cuatro millones de parados, podría estallar un conflicto social que en cualquier otra latitud, incluso de Europa, sería de lo más normal.

¿Usamos menos el coche?

Sí, pero hay grandes matices a la hora de saber por qué uno deja el coche en casa. No es tanto porque no se disponga de vehículo o porque se tengan escasos recursos, sino porque los ayuntamientos están casi forzando a que no sea posible estacionar más de dos horas en una vía pública.

Se ha hablado de una vuelta a las aulas provocada por el desempleo. ¿Cómo se ve eso desde la universidad?

Es algo curioso. Los padres, que pueden estar en una situación de precariedad laboral o agobiados por los bancos, no renuncian, bajo ningún concepto, a que sus hijos vayan a la universidad. La demanda se ha incrementado, algo complejo de explicar desde el punto de vista de la caída de la natalidad de 1993.

¿Comemos peor?

Sí, hay una caída en el consumo que ha provocado nuevas fórmulas que suponen volver a la venta por piezas para que el consumidor elija no seis frutas, sino a lo mejor dos.

¿En qué ha cambiado la vida cotidiana de quien sufre por primera vez el paro?

Hay buenos y malos hábitos. Los primeros van en la línea de estudiar a distancia de forma virtual, dedicarse a hobbies culinarios... Pero otros son lacerantemente negativos, como el consumo indiscriminado de alcohol y drogas, sobre todo en edades muy tempranas. Es chocante que el alcohol, por su coste, sea asumible por quien carece de recursos.

¿El consumo va ligado al ocio?

Al ocio como evasión y como imitación de los demás. Como educador, me preocupa que los poderes públicos y la ciudadanía asuman con total indiferencia el botellón y sólo se alteren cuando se producen ruidos molestos en determinadas zonas.

¿El tipo de sustancia que más aumenta es el alcohol?

La preponderante sí. Llama la atención que algunos ayuntamientos se permitan la licencia de organizar e incentivar macrobotellones. Es un auténtico contrasentido, de una miopía política extrema. Las drogas de diseño que al final resultan incautadas suponen el 10% del total que circulan por los mercados negros.

BIO. Nacido en Dénia (Alicante) el 15 de octubre de 1971, Ginés Marco es profesor de Antropología, Sociología y Ética en la Universidad San Vicente Mártir de Valencia. Además, preside el Comité de Bioética del Hospital Doctor Peset de esta ciudad.

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