El primer cigarro, a los 15; la primera pastilla, a los 18

Más de la mitad de los que se inician en las drogas son menores de edad. Los estupefacientes se empiezan a consumir siendo cada vez más joven.
Saben lo que es colocarse antes de que puedan conducir un coche, votar o decidir por ellos mismos qué hacer con su vida. Los jóvenes de la capital se ponen el primer cigarrillo en la boca a los 15 y la primera pastilla a los 18 años, según un estudio del Servicio de Atención a la Movida y la Asociación Cívica para la Prevención (ACP).

La edad con la que se inician los consumos de droga va bajando con el paso de los años, en lugar de aumentar, afirma ACP. Más de la mitad de los jóvenes que salen de marcha han probado algún estupefaciente: tabaco, el 78%; alcohol, 82%; inhalantes, 68,8%; cannabis, 68%; tranquilizantes, 57,4%, y heroína, 50%.

Las drogas de síntesis y la cocaína se comienzan a consumir con más frecuencia cumplida ya la mayoría de edad. Sin embargo, no esperan mucho tiempo: la edad media para la primera toma  de estas sustancias ronda los 18 años. Las anfetaminas y las drogas de síntesis son las sustancias que más tardan los jóvenes en llevarse a la boca (en torno a los 20 años).

Novedades y rarezas

Algunas de las drogas que han aparecido entre los jóvenes:

GHB: También conocido como éxtasis líquido, aunque sus efectos son opuestos a los del éxtasis. Se trata de un anestésico que se disuelve en las bebidas. Ha llegado a utilizarse para poder llevar a cabo abusos sexuales.

Monguis o setas alucinógenas: Visiones y mareos. Pueden producirse regresiones súbitas de lo experimentado durante el colocón hasta dos semanas después.

Ketamina: Un anestésico alucinógeno. Puede causar parada respiratoria.

«El alcohol es lo más chungo»

Así lo afirman los jóvenes cuando se les pregunta por la sustancia que más problemas físicos, psíquicos y sociales les causa. Más de la mitad aseguraron que las bebidas alcohólicas son las sustancias que peor les han sentado, mientras que el 18% reconoce que esta droga es la que mayores quebraderos de cabeza les ha dado con la Policía, sus padres y sus amigos. Le siguen cannabis y tabaco. El 66% dice que nunca ha tenido problemas con la droga.

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