Su objetivo, proteger el paso de los autobuses y evitar el de los coches.

Un carril ‘prohibido’

Ahora, mientras los vehículos que proceden de San Ignacio y Enekuri disfrutan de un tercer carril prohibido, que también sirve de aparcamiento, los autobuses de Bilbobus se ven obligados a circular junto al resto de la circulación. Como resultado, la media docena de líneas de autobús que pasa por Lehendakari Agirre ve entorpecida su circulación y, en consecuencia, retrasado el tiempo de su recorrido. La medida, en principio, es efectiva y los autobuses que transitan por Autonomía han mejorado su servicio. Consiguen reducir los tiempos de sus trayectos.

Entre las consecuencias negativas podrían estar los conductores. En Vitoria y Donostia, decenas de coches y motos tropezaron con los bordillos durante los primeros días de su colocación, lo que originó numerosos accidentes. El Ayuntamiento bilbaíno pretende analizar   el alcance de la iniciativa y si es positiva, se implantaría en otros carriles bus.

La preocupación de los responsables de Circulación y Transportes radica en los carriles para los autobuses que van en el mismo sentido de la circulación. De ahí que otra de las soluciones para evitar la invasión de los coches fuera cambiar los sentidos, aunque esta fórmula conllevaba más dificultades técnicas. Además de Autonomía y Lehendakari Agirre, la capital vizcaína cuenta con carriles bus en Santutxu, donde hay dos, en la calle Hurtado de Amezaga, en la Gran Vía entre Alameda de Urkijo y la Plaza Circular, en Doctor Areiltza, que sustituye al de Gregorio de la Revilla debido a las obras en esa calle y el recién inaugurado en Elcano. El Ayuntamiento también ha emprendido otras acciones para favorecer a los buses. Ha empezado a colocar plataformas que impidan a los coches aparcar en las paradas de los autobuses.

Los taxistas ponen reparos

Son carriles para los autobuses, pero también para los taxis. Y los profesionales del sector, aunque a favor de la medida, prefieren matizar la iniciativa. Un carril blindado puede obligar a los taxis a detenerse en cada una de las paradas de autobús. Por ello, los taxistas piden a los técnicos municipales que creen zonas de escape de estos carriles en cada parada.