Según la sentencia, el capitán del barco, el jefe de máquinas y elresponsable de cocina, actuaron de común acuerdo y con "suconducta favorecieron y facilitaron el tráfico ilegal de personas condestino a España", con lo que trataban de obtener un beneficioeconómico.

"Todos ellos sabían que en el barco venía unimportante número de personas de forma ilegal y, a pesar de ello,decidieron continuar el viaje y llegar hasta la costa de Gran Canaria",señala en sus fundamentos la sentencia, en los que también se recogeque los acusados conocían que los inmigrantes habían pagado 1.500 euroscada uno para poder llegar a Europa.

Para la Sala, procede la pena de siete años de cárcel por la

"especial gravedad" del hecho de haber dejado abandonado el barco con todos los inmigrantes.

En cuanto a la responsabilidad civil solicitada por el MinisterioFiscal, la Sala considera que no se deduce de los hechos delictivosporque los inmigrantes sabían que para intentar viajar a Europa debíanpagar 1.500 euros y "no consta que les obligaran a pagar, y menos aúnque les dieran garantías de entrar sin problemas en España".

La sentencia descarta que el capitán y el jefe de cocina estuvieranamenazados, como afirmaron durante la vista oral los acusados, que seculparon unos a otros. Según el tribunal,

"en ningún caso se puede considerar que estuvieran amenazados",porque los tres abandonaron el barco en la misma lancha y, una vez entierra, cogieron el mismo taxi, según sus propias manifestaciones,refiere el texto.

En cuanto a la carta firmada por los tres acusados,en la que uno de ellos exime de toda responsabilidad al capitán,explica que no es indicio de que fuera el único responsable del viaje,porque los tres "abandonaron juntos el buque sin permitir que ningunapersona los acompañase".

Añade que los cincos miembros del pasaje que declararon antes de serexpulsados de España reconocieron a los tres acusados como las personasque se encargaban del barco, y que uno de ellos manifestó que pagó los1.500 euros al responsable de cocina.