Alvaro Domecq y Díez murió en la mañana de hoy a los 88 años de edad, por lo que el Ayuntamiento de Jerez (Cádiz), del que era alcalde honorario y perpetuo, decretó tres días de luto oficial, en los que las banderas ondearán a media asta en señal de duelo, según informó a Europa Press el Consistorio jerezano en un comunicado.

Además, manifestó que la figura del que fuera alcalde jerezano y presidente de la Diputación de Cádiz, "está indisolublemente asociada a Jerez, mas allá del contexto social y político en el que ejerció su actividad pública".

Para Pacheco, "la proyección internacional de nuestra ciudad y de algunos de los iconos que la identifican --el caballo, el toro, el vino-- han tenido en Alvaro Domecq y Díez uno de sus máximos exponentes".

Alvaro Domecq y Díez, nacido el 1 de julio de 1917, fue alcalde de Jerez entre el 31 de enero de 1952 y el 25 de octubre de 1957, presidente de la Diputación Provincial de Cádiz entre 1957 y 1967 y procurador en Cortes Españolas.

Actuó en los ruedos de forma desinteresada desde 1935 hasta 1950 en festivales benéficos, cuya recaudación dedicó a la obra social del Oratorio Festivo de Jerez que promovió el padre Torres Silva, así como a construir cuatro escuelas rurales que atendía el padre González Metola. Por esta labor le fue otorgada la Cruz de Beneficencia con fecha 11 de octubre de 1945 e impuesta un mes después en el ruedo de la plaza de Jerez en el transcurso de un festival benéfico. En 1943 empezó a participar en corridas de toros actuando en gran cantidad de funciones y alcanzando un notable éxito.

Entre las distinciones que posee se encuentra ser miembro de la Academia de San Dionisio, así como tener la Gran Cruz de Beneficencia (octubre 1945), Gran Cruz del Mérito Civil (junio 1960), Gran Cruz de Isabel La Católica, Encomienda de la Orden de Alfonso X El SabioCaballo de Oro en 1975, ser alcalde honorario y perpetuo de los municipios gaditanos de Jerez, Medina Sidonia y Paterna de Rivera y tener la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes.