Manuel Mostaza Barrios Politólogo y Director de Asuntos Públicos de ATREVIA
OPINIÓN

La araña plural

El PSC gana las elecciones con 42 diputados y podría sumar mayoría absoluta con ERC y los Comunes.
Salvador Illa, tras ganar las elecciones en Cataluña.
EFE
El PSC gana las elecciones con 42 diputados y podría sumar mayoría absoluta con ERC y los Comunes.

Las elecciones más generales de las que se han celebrado nunca al Parlamento de Cataluña vieron como, de nuevo, las encuestas acertaban en sus estimaciones: el PSC fue el más votado en las elecciones, como suele suceder en Cataluña cuando se vota al presidente del gobierno. La otra gran noticia ha sido el hundimiento sin paliativos de una Esquerra que suspende de manera rotunda su primer test serio como partido de gobierno. Esta derrota consolida como segunda fuerza a la lista de Puigdemont, una formación que habrá de leer con inteligencia sus resultados ya que, en realidad, avanza muy poco en porcentaje de voto respecto a 2021

Es sintomático que los dos partidos que pueden considerarse ganadores sean los que presentan los mismos candidatos que cuando se inició el proceso secesionista hará casi una década: el fugado Puigdemont y el tarraconense Alejandro Fernández, un candidato que ha sobrevivido a una dura travesía del desierto y a la incomprensión, -a veces incluso hostilidad- de su partido en Madrid. Y también cerraron la noche con una sonrisa un Vox que resiste en Cataluña y una Alianza Catalana que irrumpe en el parque de la Ciudadela con dos diputados. La formación liderada por Silvia Orriols se quedó a un puñado de votos de estrenarse con tres diputados por la provincia de Barcelona, lo que le hubiera dado grupo propio en el Parlamento.

Entre los derrotados, toda la izquierda autodefinida como real: Esquerra vuelve a lo que fue siempre, un partido minoritario, mientras que las CUP, ensimismadas en su laberinto, pierden más de la mitad de sus electos. Por último, los Comunes vuelven al punto de partida y, cuarenta años después, se quedan en lo que fue el limitado espacio del PSUC en la provincia de Barcelona.

En estas elecciones tan poco nacionalistas, la emigración ha sido un tema relevante en la campaña y en esto Cataluña no se aparta de las preocupaciones de una parte de la ciudadanía occidental. El elefante está ahí, aunque no queramos mirarlo.

En fin, pese a la baja participación, el resultado es un complejo ecosistema político, una araña de ocho patas en el Parlamento, agrupadas de dos en dos y en la que, a diferencia de otros años, cuatro partidos de ámbito autonómico conviven con los otros cuatro de ámbito nacional, cada uno con su contraparte al otro lado del espejo: así, todos tienen ahora competencia tanto en la ruptura izquierda/derecha como en la ruptura nacionalismo/constitucionalismo. La fragmentación del sistema es el resultado de la fractura de una sociedad mucho más plural de lo que gran parte de sus élites imaginan…

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