La ciudad de Granada puede considerarse un crisol de culturas. Por sus tierras pasaron diferentes pueblos a lo largo de los siglos y todos ellos dejaron una huella importante, que sigue muy presente en la actualidad en su gastronomía de influencia árabe, como son las típicas migas, o en su arquitectura romana, como el gran mosaico en el Zaidín, entre otros. Su pasado multicultural también se refleja en su nombre. No se sabe cuál es su origen, pero existen diferentes teorías acerca de su significado. Entre ellas, las árabes son las más extendidas.
Granada es el nombre que reciben tanto la provincia como la ciudad andaluza, al igual que ocurre en otros muchos lugares de la Península. Esto tiene una explicación. Cuando se llevó a cabo la división administrativa del Reino de España en 1833, se estableció que las provincias recibiesen el nombre de su capital, a excepción de Navarra, Álava, Guipúzcoa, Vizcaya y las islas. Esto quiere decir que la urbe fue la primera en recibir este apelativo.
Desde 'colina de peregrinos' hasta 'granado'
El origen del nombre de Granada podría tener relación con su pasado árabe. La teoría más extendida dice que proviene de 'Medina Garnata', la capital el reino zirí en el siglo XI. El término 'medina' significa 'ciudad'. La discusión deriva del significado de la palabra 'Granada'. Para algunos, este término hace alusión a 'Gar-anate', o lo que es lo mismo 'colina de peregrinos'. Otros encuentran relación con el término latino 'granatum'.
Algunos historiadores consideran que el nombre de Granada se refiere al granado, el árbol que da fruto a la granada. Esto se debe a la presencia y abundancia de este tipo de árboles en la zona, así como a su similitud fonética. Sin embargo, en relación con su evolución fonética, hay quienes apuntan a una teoría íbera. Bajo la ciudad, se encuentran las ruinas de Ilíberis o Iliberri, por lo que se cree que el nombre podría provenir de este topónimo.
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