Diego Carcedo Periodista
OPINIÓN

Derrota histórica del independentismo

El candidato de Junts, Carles Puigdemont, interviene para valorar los resultados electorales.
El candidato de Junts, Carles Puigdemont, interviene para valorar los resultados electorales.
RTVE
El candidato de Junts, Carles Puigdemont, interviene para valorar los resultados electorales.

Los resultados de las elecciones catalanas proporcionan aritméticamente varias conclusiones, pero ninguna tan importante, tanto para los catalanes como el resto de los españoles, como la que demuestra la derrota del independentismo por primera vez en los últimos 40 años. El 60% de los votantes han dejado constancia de que lo rechazan. Respecto al resultado de las votaciones. El vencedor claro fue el PSC (el Partido Socialista Catalán), aunque lejos de una mayoría absoluta que le permita gobernar en solitario. Para ello tiene dos posibilidades teóricas, una coalición de Junts, el partido de Carles Puigdemont, lo cual nadie considera posible La otra que si ofrece más viabilidad es una coalición de izquierdas con ERC (Esquerra Republicana de Cataluña) y los Comunes, un grupo integrado por los restos de Podemos y Sumar. Entre los tres representan alcanzan los 68 diputados en el Parlament, el mínimo necesario para acceder a la investidura.

Pero esta fórmula, que es el llamado tripartito de la izquierda, tampoco se vislumbra tan probable como se venía pronosticando. ERC sufrió un fuerte descalabro, que apenas le dejó con 20 escaños y una división interna que no ha demorado ni media hora en confirmarse. En su primera intervención pública tras el escrutinio, la dirección del partido ya anunció que no aceptaría participar en un Gobierno con los socialistas encabezados por Salvador Illa, y que pasarían automáticamente a la oposición. Apenas Aragonés, el presidente saliente de la Generalitat, dejó abierto un vestigio de esperanza cuando anticipó que el partido actuará teniendo en cuenta lo que es mejor para la sociedad.

Aunque el PSC fue el claro vencedor, como las encuestas venían anticipando, también hay que destacar la multiplicación por cinco de los escaños con que contaba hasta ahora el Partido Popular: de tres a 15, lo que le convierte en el cuarto grupo de la Cámara. Mientras, Vox desciende, pero mantiene una representación de 11 escaños. Obviamente la atención ha estado centrada durante la transmisión del recuento de los votos en los resultados obtenidos por Junts, el partido que encabeza el expresidente golpista Carles Puigdemont, que se mantuvo hasta el final en un segundo puesto, mejorando los resultados anteriores, pero siempre muy lejos de alcanzar a Illa. Cuando Puigdemont intervino, ya terminado el escrutinio, hizo un llamamiento a la unión de los independentistas que incluiría ERC, que es principal derrotado y la CUP, que también perdió un 50% de su representación para formar un Gobierno. Entre ellos están lejos de la mayoría, aunque ante el rechazo de Esquerra Republicana a pactar con el PSC podría abrir otra remota posibilidad de un Gobierno independentista poco menos que inverosímil.

Al analizar estas perspectivas también cabe incluir lo que cada alternativa supondrá para la estabilidad parlamentaria nacional. ERC y Junts son dos partidos que apenas coinciden en la defensa de la secesión y en su apoyo a la presidencia de Pedro Sánchez, al que han venido sustentando. En el resto se hallan cada vez más enfrentados. Imaginar lo que sería uno cogobernando en Cataluña al tiempo que compartiendo posiciones en el Congreso de apoyo al Gobierno socialista es algo que sólo podría calificarse de política ficción. Como resumen, conocemos los resultados de las urnas, ahora entraremos en la etapa más confusa de negociarlas, una empresa tan difícil que reitera entre los expertos solución extrema de tener que repetir las elecciones. Algunos lo consideran inevitable.

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