El local de la calle Chile echa así el cierre para que la ciudad portuguesa acoja durante la próxima quincena el Zoo Nocturno de Michel Azama visto por Pedro Fresneda desde la dirección. La historia está tejida en un turbio espacio suburbano por unos seres en el límite de la vida y del amor. Un montaje poético y fuerte, de radical compromiso político, en el que se multiplican los lenguajes escénicos y la obra suena por sí misma. Azama, actor además de autor, de formación humanista, refleja en sus obras todos los matices del sufrimiento humano, volviendo sobre los pasos que desde la angustia del individuo conducen hacia la injusticia como enfermedad globalizada. Cuerpo y voz se reparten el protagonismo en el teatro según Ensalle, una compañía que combina la danza contemporánea con las artes escénicas tradicionales, aunque de corte independiente, en la programación de su sala.