Cristina López Barrio: "El derecho me ayuda a contar cómo son los hechos y a hacer que el lector se crea tu historia"

La escritora madrileña con su última y premiada novela.
La escritora con su última y premiada novela.
Javier Ocaña/Planeta
La escritora madrileña con su última y premiada novela.

En 2010, la abogada Cristina López Barrio (Madrid, 1970) abandonó los juzgados y se convirtió en lo que se lee hoy en su DNI: escritora. Durante unos años compaginó el ir y venir de los despachos con la publicación de sus primeros escritos, algunos premiados, como El hombre que se mareaba con la rotación de la Tierra. El camino entre las leyes y la literatura no ha sido sencillo, por más que ella lo cultivara con ardor. López Barrio ha tenido, incluso, una época de hoja en blanco que no conseguía llenar. Hasta que revolviendo entre papeles para un thriller imposible dio con la historia que la ha convertido en la última ganadora del Premio Azorín de Novela, La tierra bajo tus pies (Planeta). Ubicada en el tiempo inmediatamente anterior a la guerra civil española, esta novela recuerda, de una manera ficcionada, qué eran las Misiones Pedagógicas, iniciativas culturales benéficas para alfabetizar un país olvidado de la mano de Dios: música, cine, teatro... Un periodo poco transitado que ella retrata con personajes cordiales e inventados en una España real. En el Día del Libro, esta novela reciente y fresca, es una gran experiencia lectora.

Llevaba un tiempo sin escribir antes de presentarse a este premio por 'altibajos', según ha contado. ¿De qué altibajos habla?Me refería sobre todo a una etapa como de sequía creativa, en la que no encontraba ninguna historia que me ilusionara o apasionara. Decidí ponerme a escribir una novela que era un thriller ambientado en Lisboa, una historia actual, porque esa ciudad me encanta. Y entonces se cruzaron las Misiones Pedagógicas donde todo cambió. Me enamoré, me ilusioné conforme iba leyendo biografías, para inspirarme en personajes de la época. Es algo no previsto que de repente aparece en tu vida y te hace cambiar.

La musa no aparece de repente, viene de un proceso sin que seas consciente de él

O sea que la inspiración llegó como un amor inesperado, cuando menos lo imaginaba, pero más falta hacía.No es tan sencillo eso de la inspiración, sobre todo, para los escritores de prosa. La frase de Picasso es cierta: la inspiración te tiene que pillar trabajando, te viene durante el trabajo y en determinados momentos en los que han estado sembrando. He leído que el cerebro trabaja en un segundo plano, pero no somos conscientes. No aparece de repente la musa, sino que viene de un proceso sin ser consciente de ello: te aparece la idea y ya. A mí por mi experiencia, durante los momentos veces en que he estado inspirada, las ideas fluyen cuando sabes lo que tienes que contar. Y son momentos adictivos y maravillosos. Eso me pasó,  que cuando descubrí las Misiones, empecé a caracterizar a esos personajes y hasta que eso arraiga, notas la sensación de que algo brota dentro de mí y cobra vida. Para mí nada cae en saco roto, todo forma parte del proceso. El trabajo creativo tiene muchos altibajos, hay días en que fluyen las cosas y otros en que no te gusta lo que haces. Por eso hace falta la perseverancia.

La escritora
López Barrio nació en Madrid hace 54 años.
JAVIER OCAÑA/Planeta

¿Y cómo se pasa de la Lisboa actual a la España profunda de 1935?En realidad, la historia de Lisboa era bastante artificial porque me gustaba el ambiente, pero se trataba de una trama sin mucho apasionamiento, Abandonar lo de Lisboa que no había brotado, para mí fue un proceso orgánico porque las Misiones habían empezado a crecer y a hacerse tan grandes que iba teniendo personajes, había una urgencia, me lo pedía a gritos seguir. A todos los niveles quería escribir lo de las Misiones. A veces cambio de una historia a otra y es muy enriquecedor.

Es decir, que el oficio de escritora es imparable incluso aunque no surja nada estimulante.Sí, es como tener un novio y de repente tienes varios. A veces necesitamos esa época de barbecho. La historia de Lisboa se ha quedado en el cajón. Rómpete corazón fue mi última novela antes de La tierra bajo tus pies. Era un thriller desordenado con un amor tóxico, que me agotó. Me dejó como "no sé que hacer".  Estaba en ese vacío que poco a poco se ha ido llenando. Quiero hacer tantas cosas y lo que tengo es falta de tiempo. Doy clase de escritura creativa, y además doy clases de guión y estoy tratando de adaptar mi novela Rómpete... a guión, como algo formativo, no profesional. Me formo para escribir guiones. Lo mío es una búsqueda continua de organizarme el tiempo.

Hay posibilidades de una segunda parte. Me he enamorado de los personajes de esta

La estructura de la novela ganadora permite soñar con que haya una segunda parte, quizás en plena guerra civil. ¿Lo ha pensado ya?No lo estoy pensando ahora, pero es cierto que fácilmente podría dar pie a una segunda parte. De la preguerra a la guerra. En principio no quería, pero podría ser, o que los personajes viajen a esa otra época. Hay posibilidades, en verdad son personajes que me ha costado abandonar. La novela era más extensa, y he recortado para no dispersarme. Me he enamorado de ellos: Cati, Paciana, Jeremías...

La tierra bajo tus pies, Premio Azorín de Novela 2024.
'La tierra bajo tus pies', Premio Azorín de Novela 2024.
Planeta

Hablando de personajes, ¿de dónde los sacó usted, solo de su cabeza?Los saqué de las dos partes: el de Cati Skalo está inspirado en una biografía de Victorina Durán, figurinista, que formó parte del Liceo, donde estaban Victoria Kent, Elena Fortún... Había vivido un ambiente cultural, de modernidad y progresismo, que trataban de abrir la incorporación de la mujer en la vida pública. El personaje de Edmundo está basado en Julio Romero de Torres, lo cojo también de la biografía de Victorina. El personaje de Paciana la vi en la portada de un libro sobre las Misiones en la residencia de estudiantes. La cara de Cati es la cara de un cuadro de una exposición de Magritte, de su mujer, que se llamaba Georgette. Jeremías, está basado en el actor absolutamente racial que se llama Adam Driver. Tenía las fotos de todos en mi ordenador. Mi marido, que es fotógrafo, ve la vida en imágenes. Yo la veo en historias. Ves a alguien y te das cuenta de que siempre hay algo detrás.

Leí a Delibes para esta novela porque me ayudó con la ambientación

¿Cómo se pasa de la abogacía a la literatura?Yo quería ser escritora antes que abogada, me encantan los cuentos, la fantasía, estaba en mi mundo y siempre estaba leyendo cuentos. Primero soy lectora y luego escritora. No podría vivir sin leer, sin escribir, quizás. Lo que yo quería era escribir. Lo del derecho es familiar, como mi padre y mi hermana. Este me ayuda a la hora de contar cuáles con los hechos, a crear una línea de guion, luego tienes que persuadir. En la historia tienes que hacer que el lector se la crea, es el uso de la palabra, de la retórica, o sea, son dos lenguajes que no tienen nada que ver. Mientras trabajaba como abogada, escribía por la noche. Me he desvinculado mucho porque no ejerzo desde 2010. Hay muchas leyes que han salido nuevas y no sé, no puedo dar mi opinión.

La autora
La autora confiesa sus tiempos de sequía como narradora.
JAVIER OCAÑA/Planeta

Haber sido abogada, ¿hace que una sea más realista a la hora de contar ficción?La realidad supera a la ficción desgraciadamente. García Márquez decía que hay cosas que las pones en un libro y no te cree nadie. En el derecho hay una forma de ver las cosas que se te quedan para siempre. A veces lo echo de menos, la propiedad intelectual, que era mi especialidad, me gustaba muchísimo. Hacía de todo al principio y estudié un máster porque era la manera más cercana de aproximarme a la creación.

Entre los libros que leyó para documentarse, también están Las ratas y El camino, de Miguel Delibes. ¿Por qué?Trataba de buscar autores que hablaban de la vida en el campo. Me gusta leer ficción como no ficción, y me encantan las historias, en el tema de la educación emocional. Leo ficción y no ficción, si alguien me puede contar una historia personal, al final es una combinación. Busque novelas, hay una de Javier Pérez de Andújar, que escribe sobre las Misiones Pedagógicas: Todo lo que el diablo se llevó. Me la compré y leí los tres primeros capítulos porque no quería que me condicionara, aunque fuera inconscientemente. Él lo cuenta fenomenal, da mucha información y sitúa muy bien las misiones. En Delibes buscaba la ambientación. Leí mucho de la vida rural, lo de la piedra viborera y lo de la cuerda que ata los tobillos. El libro de Javier era demasiado directo y no quería que me influyera y dije, bueno, pues escribo mis propias Misiones. Lo mío es ficción, tiene que pasar por el tamiz de Cristina, me daba la libertad de disparar la imaginación.

Yo lo abandonaría todo por ir a las Misiones Pedagógicas en el tercer mundo

¿Por qué causa abandonaría Cristina López Barrio su vida normal, como hace su protagonista, para embarcarse en una aventura desconocida?Soy bastante idealista. Los años me han ido poniendo los pies en la realidad. Yo lo hubiera dejado todo por irme a las Misiones Pedagógicas, como ella, con ese espíritu de aventura y poesía que luego tacharon de inútiles. Yo me iría a un país del tercer mundo a hacer eso mismo. Siempre he sido muy aventurera, muy de las causas difíciles.

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