El cómico Lamine Thior cuenta la peculiar historia de cómo emigró a España: "Mi madre vino a mi funeral a Senegal"

Lamine Thior en el pódcast 'Animales humanos'.
Lamine Thior en el pódcast 'Animales humanos'.
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Lamine Thior en el pódcast 'Animales humanos'.

Actor, guionista y humorista, Lamine Thior es uno de los cómicos del momento y un rostro recurrente en televisión, pues es colaborador de El Intermedio. Sin embargo, también es activista contra el racismo, algo que deja claro en No hay negros en el Tíbet, pódcast que comparte con Frank T. y Asaari Bibang. Y también lo demostró en la última entrega de Animales humanos.

El cómico acudió al programa de Ibai Vegan y habló sobre la discriminación racial, sobre su serie, La ley del mar, o sobre su trabajo en el espacio de La Sexta. Pero también tuvo tiempo para hablar sobre su infancia y sorprender con algunas anécdotas, como lo que vivió antes de emigrar a España.

"Yo vine en avión, pero la historia es un poco rocambolesca", comenzó contando. "En Senegal, hace años había una ley hipermachista en la cual, si tenías un primogénito que era varón y el padre moría, la custodia se la quedaba la familia paterna, porque se consideraba que una mujer no estaba capacitada para cuidar de un hombre".

"Cuando mi padre murió, oficialmente mi madre ya no tenía mi custodia, pero claro, estás tú que mi madre me iba a dar a nadie", relató Thior y, entonces, narró lo que sucedió cuando él tenía año y medio o dos años: "Una tarde, mi madre sale de casa y en Senegal, en aquel momento, las puertas no se cerraban. La dejabas abierta porque todos eran del vecindario. Y cuando mi madre vuelve, yo no estoy, me habían secuestrado".

Entonces, su madre, Fatou Thior, que fue de invitada a su pódcast No hay negros en el Tíbet, acudió a la Policía a denunciar el secuestro y los agentes le dijeron que no podía porque no tenía su custodia y que "esa era la demostración de que no podía cuidar" de él.

"Durante cerca de un año, yo estuve desaparecido", aseguró Lamine Thior. Pero, en ese tiempo, en el que también iba a España (Huelva, en concreto) para gestionar el papeleo por la muerte de su padre, ella no se cansó de buscar. Pero un día, el que le secuestró lo confesó y le dijo que había sido contratado por "la familia del padre".

"Me encontraron, mi madre me cogió, volvimos a Dakar (capital de Senegal), cogimos un avión y así fue como nos fuimos a España. No le dijo nada nadie", continuó comentando. Entonces, una semana después de aquello, le contaron a su madre que había muerto ahogado y no encontraban su cuerpo, algo que obviamente no había sucedido.

"Entonces hacen mi funeral y mi madre viene a mi funeral a Senegal. ¡Es una crack!", se rio. "Mi tía me contó que todo el mundo le decía '¿pero cómo tienes tanta entereza? ¿Por qué no lloras?'. Y ella decía 'el dolor lo llevo por dentro'".

"Tiempo después, cuando ya estaba todo arreglado aquí, envió una foto diciendo 'no está muerto, lo tengo yo'", concluyó Lamine Thior, no sin antes aclarar que esta ley machista que ya no está vigente en Senegal.

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