El Sindicat d’Habitatge del Raval ha denunciado el desahucio de tres generaciones de mujeres de un piso del número 134 de la avenida Paral·lel, en Barcelona. Luisa, su hija y su nieta –de cuatro años-, tuvieron que entregar las llaves del inmueble el jueves por la noche. “Hemos normalizado que tengas que irte de casa”, ha lamentado Joana Sales, portavoz del sindicato.   

Según ha explicado, la familia vivía en el domicilio desde hacía cuatro años y por “la presión de la propiedad se ha visto obligada a entregar las llaves”. Previamente ya habían sufrido dos intentos de expulsión del piso, una maniobra que, según Sales, es “maltrato psicológico” por parte del propietario del inmueble, el fondo de inversiones Cerberus.

El sindicato califica el proceso de expulsión que ha sufrido la familia de Luisa como un “desahucio extrajudicial o invisible” que sufre “la clase trabajadora de la sociedad”. Asimismo, ha denunciado “la dinámica de proponer desahucios” ya que, “supone mucho desgaste”.

La portavoz también ha recordado que este era el tercer intento de desahucio y ha precisado que anteriormente la familia se quedó en el piso gracias a los recursos presentados por parte de la organización, que apeló al decreto ley de la pandemia por el cual no se podían ejecutar desahucios de familias vulnerables. A raíz de esto, la familia pudo vivir cuatro años más en el domicilio. Sin embargo, ha lamentado que “al final, llega un punto en el que cedes y acabas entregando las llaves”.

Cuatro años de espera

Sales también ha explicado que Luisa está en la mesa de emergencia para que se le adjudique un piso, pero le tocará “esperar cuatro años”. Mientras tanto, ha señalado que probablemente vivirán entre pensiones y hostales. 

Asimismo, ha señalado que la mujer “está muy mal, muy ansiosa”. “Son situaciones muy duras. Toda la sociedad ha normalizado que haya desahucios (...) que haya pisos vacíos y siga la explotación en el trabajo. No es normal”, ha lamentado Sales.