Que la marcha de las mujeres -el ocho de marzo- tiene su origen en el trágico incendio de la fábrica textil de Triangle Shirtwaist, es una de esas imprecisiones que continúan sobrevolando estas jornadas de reivindicación feminista. Y aunque, en efecto, aquel incendio se llevó la vida de 123 mujeres de las 275 personas -la mayoría de ellas adolescentes inmigrantes- que trabajaban allí hacinadas, lo cierto es que esta tragedia no ocurrió un 8 de marzo.
Fue, de hecho, la tarde del 25 de marzo de 1911 cuando, tras una larga jornada de trabajo, aquella ratonera en llamas sentenció la vida de las 123 jóvenes: los ascensores no funcionaban, las escaleras de incendios no llegaban a las plantas superiores y las puertas se abrían hacia dentro. No había escapatoria. Así que muchas de ellas decidieron saltar por la ventana sobre las mantas que la gente extendía para atraparlas, pero todas se rajaban con el peso de sus víctimas. El resultado fue desolador.
Una fecha con muchos orígenes
Aquella tragedia en la fábrica textil sembró una semilla. Aunque hicieron falta algunas más, antes y después, para prender la llama que cambiaría el mundo con la lucha feminista.
Lo ocurrido en Triangle Shirtwaist provocó una reforma de la legislación y un endurecimiento de las medidas de seguridad de los trabajadores, que, por aquel entonces, enfrentaban unas condiciones deplorables. Quizás por eso, el ocho de marzo fue denominado, durante mucho, el Día Internacional de la Mujer Trabajadora.
Pero, ¿por qué esta fecha? La decisión la tomó Naciones Unidas en 1975 porque, históricamente, marzo había sido un mes de grandes hitos en la lucha feminista: la huelga del 'pan y las rosas', la manifestación de las mujeres en la Rusia imperial, entre otras.
¿Qué fue la huelga de 'pan y rosas'?
Durante todo el siglo XX las mujeres comenzaron a trabajar en la industria textil bajo condiciones laborales precarias, cubriendo jornadas de 56 horas semanales y sin ningún tipo de medidas de seguridad, al mismo tiempo que la lucha obrera peleaba por una mejora de la situación de los trabajadores.
Ocurrió entonces que en la ciudad de Lawrence (Massachusetts), la autoridad regional dio un paso adelante a favor de los derechos laborales, imponiendo que se limitasen las horas a 54 semanales. Pero la lucha no iba a ser tan fácil. Los trabajadores se dieron cuenta de que estas dos horas se las recortaban del salario, y convocaron una huelga que pasaría a la historia, con casi 20 mil trabajadores en las calles.
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La huelga, conocida como 'pan y rosas' fue liderada por mujeres muy jóvenes, la mayoría menores de 18 años, que reclamaban mejora de sus condiciones laborales -pan- y derechos para las mujeres -rosas-. El 12 marzo culmina con una de las primeras victorias del movimiento obrero en Estados Unidos.
8 de marzo: las españolas acceden a la universidad
Sí ocurrió un ocho de marzo, sin embargo, que la universidad pública española abrió sus puertas, por fin, a las mujeres. Fue con Emilia Pardo Bazán al frente de la Consejería de Instrucción Pública, en 1910, aunque hubo otras como María Elena Maseras -matriculada en Medicina en 1872-que abrieron paso a las demás.
A partir de 1910, y hasta 1935, con la nueva normativa, se matricularon en las universidades españolas dos mil mujeres. Hoy, el porcentaje de mujeres graduadas es de un 54,2% frente al 45,8% de hombres -datos del INE, 2021-.
Las rusas que acabaron con el Zar
También un 8 de marzo de 1917, las mujeres rusas salieron a las calles en una protesta que transformaría para siempre el destino del país. Lo hicieron para decir 'basta' a la Primera Guerra Mundial, que estaba costándole la vida a millones de jóvenes.
Nunca nadie imaginó que una marcha liderada por madres se convertiría en toda una revolución con huelgas y manifestaciones por todo el país que acabaría con la abdicación del zar, y la formación de la Unión Soviética en 1922, que otorgaría, entre otras, el sufragio femenino.
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