Juan Luis Saldaña Periodista y escritor
OPINIÓN

El tontico del abrazo

¿Quieres un abrazo gratis?
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El gato de la suerte movía su puño incansable. Habíamos pedido unas bravas en un bar chino de reciente aparición y estábamos dispuestos a todo. Entraba corriente y nos cambiamos de mesa, pero hay un frío que nunca acaba de templarse, un frío que te dice aquí estoy yo como una Pantoja de karaoke. Entrar en calor puede ser una tarea tan complicada como doblar una sábana bajera. Había un libro nuevo sobre la mesa y la enfermedad latente de un padre.

Hay bares que son pinacotecas de televisiones. Puede haber cuatro o cinco pantallas planas colgadas en las paredes para que la gente se entretenga y para que las miradas que buscan la nada encuentren un algo. Una de esas televisiones quedaba a mi espalda. Mi amigo la miraba de reojo de vez en cuando. De pronto, me dijo con una sonrisa maliciosa “mira, hoy es el día mundial del abrazo” y señaló al monitor, pero yo no me giré. Lo creí.

Sería Televisión Española, un avance de noticias con un busto parlante que lee chorradas a favor del gobierno de turno y luego recibe un homenaje. Sería una noticia con rótulos absurdos y con imágenes aún peores de abrazafarolas blanditos diciendo majaderías. Seguro que habría un fulano con un cartel o un sicólogo explicando la importancia del abrazo para la salud emocional. Otro día mundial de la gilipollez.

El tontico del abrazo regala afecto falso con un cartel. Es sospechoso de varias faltas y carencias que no vamos a mencionar por decoro.

Sé lo que mi amigo estaba haciendo. Ponía la semilla de esta columna, un texto amargo e incomprendido nacido para retratar al tontico del abrazo. Son ya muchos tonticos los que acuden a mi fotomatón de palabras, echan la moneda y tratan de taparse con una cortinilla imposible. No dejan de crecer. No me llamen amargado, ni odiador. Ámenme como se ama ya al perro dócil y silente del vecino cuando se comparte el ascensor.

El tontico del abrazo regala afecto falso con un cartel. Es sospechoso de varias faltas y carencias que no vamos a mencionar por decoro. Se ha copiado de otro tonto americano y cree que va a mejorar la vida de la gente. A veces, por aburrimiento, el tontico del abrazo se abraza a un árbol y se queda allí un buen rato porque el árbol no tiene ocupaciones, no va a la mercería a por una cinta de fiselina o no tiene que subir a visitar a un amigo, habilitado de clases pasivas con batín y gota, en el entresuelo izquierda. Si ven al tontico del abrazo, no lo humillen. Denle el amor que necesita en forma de sonora bofetada. Un abrazo a todos.

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