El Gobierno de Milei prohíbe el lenguaje inclusivo en la administración argentina por su uso como "negocio de la política"

El presidente de Argentina, Javier Milei.
El presidente de Argentina, Javier Milei.
Europa Press
El presidente de Argentina, Javier Milei.

El Gobierno de Javier Milei prohibirá el lenguaje inclusivo y la perspectiva de género en la administración pública nacional. Esta medida ya había sido tomada recientemente por el Ministerio de Defensa en el ámbito castrense por su uso como "negocio de la política". "El lenguaje que contempla a todos los sectores es el español y es un debate en el que nosotros no vamos a participar", ha explicado el portavoz presidencial, Manuel Adorni.

Una vez se haga oficial, ningún documento de la administración pública podrá contener el uso de la vocal 'e' o los símbolos 'x' y arroba '@' para expresar la indeterminación de género, así como la "innecesaria inclusión del femenino" en los sujetos plurales, agregó Adorni.

La cartera de Defensa, encabezada por Luis Petri, excandidato a la presidencia, dispuso la obligatoriedad del idioma castellano, conforme a las normas de la Real Academia Española (RAE) y los reglamentos y manuales vigentes en las Fuerzas Armadas. "El objetivo es eliminar formas incorrectas del lenguaje que pueden generar una interpretación errónea de lo que se desee disponer, afectando la ejecución de órdenes y el desarrollo de las operaciones militares", indicó el Ministerio en un comunicado.

La RAE lo tilda de "innecesario"

Las instituciones culturales dedicadas a la regularización lingüística han discutido el empleo de este lenguaje en múltiples oportunidades. En el caso de los hispanohablantes, la RAE especificó en su informe sobre el lenguaje inclusivo y cuestiones conexas, publicado en 2020, que el uso de simbologías es "innecesario". "El uso de la @ o de las letras 'e' y 'x' como supuestas marcas de género inclusivo es ajeno a la morfología del español, pues el masculino gramatical ya cumple esa función como término no marcado de la oposición de género", indicó el documento.

Para la Academia, el sexismo y la misoginia no son propiedades de la lengua y no resultan inherentes al sistema, sino que son valores que "adquieren en el uso a causa de la intencionalidad de los emisores o de sus prejuicios ideológicos". "No son responsabilidad del medio, sino de los hablantes. No se corrigen mejorando la gramática, sino erradicando prejuicios culturales por medio de la educación", remarcó el informe.

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