La gran oferta gastronómica, cultural y los planes en la naturaleza han convertido al País Vasco en uno de los destinos más populares para el turismo nacional e internacional que cada año llega a sus ciudades con ganas de empaparse de su cultura.
El Museo Guggenheim y el Teatro de Arriaga, en Bilbao, o la Basílica de Santa María del Coro y la Plaza de la Constitución, en San Sebastián, son algunos de los lugares más visitados por los viajeros, pero no son las únicas joyas que merece la pena ver. También están sus ayuntamientos.
Ayuntamiento de Bilbao
Obra de Joaquín Rucoba, el edificio fue construido entre 1883 y 1891 sobre el solar que en el pasado había sido ocupado por el Convento de San Agustín. Destaca en su fachada la arcada de ocho columnas pareadas con arquitrabe, así como el frontón en el que se dispone el reloj. La Iglesia de San Nicolás y el Zubizuri, así como el Teatro Arriaga, se encuentran muy cerca de la casa consistorial.
Ayuntamiento de San Sebastián
El edificio que hoy acoge el Ayuntamiento de San Sebastián nació como Gran Casino de la ciudad en su inauguración en julio de 1887, tras un lustro de construcción. Y así, siendo lugar de encuentro de la alta sociedad y uno de los principales reclamos turísticos de la ciudad, se mantuvo durante casi cuatro décadas, hasta que Primo de Rivera prohibió el juego (1924) y el Gran Casino tuvo que cerrar. No fue hasta 1947 cuando el edificio se convirtió en el Ayuntamiento.
Ayuntamiento de Hernani
La construcción que actualmente acoge el Ayuntamiento de Hernani data de 1899, pues el edificio original, construido en el siglo XVIII y que servía como depósito de municiones, fue destruido en 1875 tras la explosión del material armamentístico. Está ubicado en la plaza Gudarien enparatza (su fachada principal da a la Plaza Mayor, mientras que la trasera delimita el perímetro del casco antiguo) junto a la iglesia de San Juan Bautista.
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