Manuel Mostaza Barrios Politólogo y Director de Asuntos Públicos de ATREVIA
OPINIÓN

Tierra de magia

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo y el candidato a la Xunta, Alfonso Rueda, durante el acto electoral que los populares han celebrado este viernes en Lalín.
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo y el candidato a la Xunta, Alfonso Rueda, durante el acto electoral que los populares celebraron el viernes en Lalín.
EFE
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo y el candidato a la Xunta, Alfonso Rueda, durante el acto electoral que los populares han celebrado este viernes en Lalín.

Los populares gallegos han sido la fuerza más votada en todas las elecciones autonómicas que se han celebrado hasta la fecha, y parece ser que las del 18 de febrero no van a ser una excepción. Las grandes cifras que estima la encuesta –victoria holgada del PP, consolidación del Bloque como segunda fuerza y el hundimiento del PSOE hasta cifras cercanas al 15% de los votos– no se romperán el domingo electoral y, a estas horas, lo que está por ver es si los de Alfonso Rueda conservan la mayoría absoluta o no para seguir cuatro años más en el palacio de Rajoy.

La pujanza de los nacionalistas, que incrementarían su distancia sobre los socialistas hasta casi doblarlos en escaños, se basa en la buena imagen de su líder Ana Pontón. De hecho, entre los votantes socialistas es igual de valorada que José Ramón Gómez, su candidato, lo que favorece el trasvase de voto de una formación a otra, consolidándose así una cierta tendencia de vasos comunicantes entre el PSOE y los partidos nacionalistas de extrema izquierda. Esta situación, que apuntala al partido en las Cortes, lo debilita en los parlamentos autonómicos, por lo que no es extraño que casi un tercio de los votantes del socialismo gallego prefiera como presidenta de la Xunta a la nacionalista Pontón.

Los gallegos son críticos con los resultados de las políticas del gobierno de Sánchez, y menos de un 20% creen que estén siendo favorables para la región. En cualquier caso, harán bien todos en no nacionalizar la temática de la campaña, pues los problemas que los gallegos sienten que atenazan a su territorio (economía, sanidad, inversiones…) son problemas alejados de la burbuja política y mediática madrileña.

Finalmente, la encuesta considera difícil la entrada tanto de Sumar como de Vox en el Parlamento de Santiago, dejando así sin representación a dos fuerzas relevantes en el conjunto nacional, pero que no consiguen espacio propio ante la hegemonía del PP en la derecha y la pujanza del Bloque en la izquierda. 

Queda por saber si la anécdota de un partido local orensano consigue representación, pero no olvide lector que para el mundo romano más allá del Limia se entraba en el Hades, una zona de sombras y fantasmas sin memoria. Un territorio mágico en el que un líder castellanoparlante lidera la organización más bilingüe en toda España del PP, mientras que la gran estrella de la izquierda española, la fenesa Yolanda Díaz, es posible que se quede fuera –de nuevo– de su Parlamento natal. Galicia es otro mundo.

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