Joan Ferran Historiador y articulista
OPINIÓN

'Europasmo'

Nebulossa gana el Benidorm Fest y levanta el Micrófono de Bronce.
Nebulossa gana el Benidorm Fest y levanta el Micrófono de Bronce.
MORELL / EFE
Nebulossa gana el Benidorm Fest y levanta el Micrófono de Bronce.

Soy consciente de que algunos de ustedes se van a enojar cuando les diga que este montaje que llamamos Festival de la Canción de Eurovisión es parte integrante del “panem et circenses” del que hablaba el poeta latino Juvenal. Eso sí, en versión siglo XXI y, cómo no, del brazo del fútbol cual deporte rey.

Nos tienen entretenidos disertando acerca del contenido de ‘Zorra’, de la composición química de la amnistía y la naturaleza de la ‘fachoesfera’; nos tienen ocupados discutiendo sobre donde empieza y termina la banalidad y el mal gusto. Estos días algún ingenuo con alma de cántaro intentará convencernos de la bondad de los mensajes explícitos de las canciones y del espíritu festivalero de Eurovisión.

Legitimo todo ello, pero les confieso que vivo en un estadio de ‘europasmo’ que genera en mí mal rollo crítico hacia la celebración del evento. Me explicaré: a la Unión Europea de Radiodifusión (UER) le ha faltado tiempo para dictaminar que la canción española cumple con los requisitos del certamen y podrá participar en él sin ningún problema.

La organización cierra así la polémica generada por el contenido de Zorra y puede presumir de tolerancia y libertad de expresión. Poco o nada que objetar a esa decisión de la UER, pero en cambio, sí lamentar su negativa a atender la petición de los músicos de los países nórdicos que proponen rechazar la participación de Israel. A Rusia se la vetó para castigar sus bombardeos sobre Ucrania ¿Acaso lo que ocurre en Gaza no va de lo mismo?

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