El príncipe Harry voló desde Estados Unidos para visitar a su padre, Carlos III, tras su diagnóstico de cáncer. Sin embargo, parece que a quien no verá será a su hermano, Guillermo.
El rey británico apareció este martes por primera vez en público tras ser diagnosticado de cáncer, pocos minutos después de haber mantenido un breve encuentro con su hijo menor, Harry, que viajó a Londres para visitarlo.
Su reunión, que los tabloides sensacionalistas tacharon de "excepcionalmente corta", fue el primer cara a cara entre ambos desde el funeral por la reina Isabel II en septiembre de 2022.
El duque de Sussex, distanciado de la familia real -de la que dejó de ser un miembro activo en 2020-, viajó a Londres sin la compañía de su mujer, Meghan Markle, ni de sus dos hijos, Archie y Lilibeth.
Harry puso rumbo a la capital británica al poco de enterarse personalmente por su propio padre de su enfermedad. Tras un vuelo de 11 horas desde su hogar en California (Estados Unidos), llegó a primera hora de la tarde del martes al aeropuerto de Heathrow, para dirigirse en un convoy de vehículos hacia Clarence House, residencia en Londres del soberano.
La visita, ¿una oportunidad para el acercamiento?
Pese a que no faltaron quienes quisieron ver en la visita de Harry una forma de restañar las muy dañadas relaciones en el seno de los Windsor, el entorno de su hermano mayor y heredero al trono, Guillermo, se apresuró a dejar claro que este no tenía intención de ver al duque de Sussex.
Una fuente cercana al príncipe Guillermo señaló al diario Daily Mirror que el príncipe de Gales sigue "centrado" en cuidar a su mujer, Kate Middleton, que tuvo una cirugía abdominal en enero sobre la que no se han facilitado detalles. "No hay planes para que la visita de Harry sirva como algún tipo de vehículo para la reconciliación", señaló.
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