OPINIÓN

Obras huérfanas

Edificio de la Biblioteca Nacional, en la Plaza de Colón, en Madrid (España), a 16 de enero de 2020.
Edificio de la Biblioteca Nacional, en Madrid.
Ricardo Rubio - Europa Press - Archivo
Edificio de la Biblioteca Nacional, en la Plaza de Colón, en Madrid (España), a 16 de enero de 2020.

Se jubila la directora de la Biblioteca Nacional, Ana Santos, tras casi once años al frente de esta institución que custodia, para sorpresa de muchos, no solo libros, sino también grabados, partituras, revistas, material audiovisual e incluso obras huérfanas, aquellas cuyos derechos de autor se desconocen o investigan. Ana se ha manejado entre la tradición que data del reinado de Felipe V y las innovaciones con un equilibrio y una discreción ejemplar. Algunas de las exposiciones que ha albergado, como la dedicada a Concepción Arenal o a Alfonso X (Los libros del rey sabio) recibieron un reconocimiento unánime. Otras, como Leonardo Da Vinci: los rostros de un genio, no tanto. Cuando se arriesga se corre siempre un riesgo. Cuando no, el riesgo es la arteriosclerosis, un mal frecuente en el mundo de la cultura.

El candidato propuesto para relevarla es Óscar Arroyo, cuya sólida carrera dedicada a la gestión bibliotecaria tranquiliza y reconforta. A diferencia de la Real Academia de la Lengua, la Biblioteca no se enfrenta casi a diario a bulos atribuidos y a un cuestionamiento constante: parte de su labor se lleva a cabo en silencio, como la ingente tarea de digitalización del fondo librario. 

Parte de la labor de la Biblioteca Nacional se lleva a cabo en silencio, como la ingente tarea de digitalización del fondo librario

Las raíces de la Biblioteca se hunden, poderosas, en archivos insospechados: desde manuscritos únicos a las primeras obras generadas por inteligencia artificial, toma nota de todo, registra todo. Óscar tendrá, no obstante, un reto importante, casi novelesco. Durante la dirección tanto de Rosa Regàs como de Ana Santos se detectó que habían ocurrido robos importantes: dos mapamundis, en el caso de la primera, varios documentos de Galileo con Ana. El acceso directo a las obras y la inmensidad de los fondos favorecen esos hurtos, irreparables y dolorosos, que no deben repetirse. Son otro tipo de obras huérfanas, aquellas que la codicia personal nos han arrebatado a todos.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento