La popular periodista y corresponsal Sara Sidner, de 51 años, revelaba en directo en su informativo News Central, en la CNN que padece cáncer. Sidner estaba a punto de terminar la emisión cuando hizo este doloroso anuncio, para lo que recurrió a una petición al público.
"Al terminar nuestra transmisión, tengo un comentario personal que me gustaría compartir con ustedes -anunció-. Quiero empezar pidiéndoles un gran favor, tómense un segundo, para recordar los nombres de ocho mujeres que conocen. Solo ocho. Cuéntenlas con los dedos", pedía a los espectadores.
A continuación, explicó su planteamiento. "Estadísticamente, una de ellas tiene cáncer de mama. Yo soy esa una de cada ocho en mi grupo de amigas", confesaba entonces.
"No he estado enferma nunca. No fumo, raramente bebo. El cáncer de mama no es hereditario en mi familia. Y, sin embargo, aquí estoy, con un cáncer de mama en estadio tres", revelaba, sincera, asegurando a la vez que resultaba difícil decirlo en voz alta.
La periodista también contó que se encuentra en su segundo mes de quimioterapia, que es el primer paso de un largo tratamiento, en el que también se someterá a sesiones de radioterapia y a una doble mastectomía.
Sidner hizo un llamamiento para que se entienda que esta enfermedad no es necesariamente mortal y que la medicina ha evolucionado mucho. También para concienciar a las mujeres de que extremen la vigilancia, con pruebas, como mamografías anuales, y autoexploraciones.
El cáncer de mama en estadio tres ya no supone insistió Sidner, "una sentencia de muerte" para la mayoría de las mujeres que lo padecen; aunque sí quiso recalcar que las mujeres de raza negra tienen más posibilidades de morir por esta enfermedad.
La periodista afirmó, además, sentirse feliz tras saber que padece esta enfermedad."Hay algo que nunca podría haber predicho que me pasaría. Le he dado gracias al cáncer por elegirme. Estoy aprendiendo que no importa el infierno que pasemos en la vida. Yo sigo locamente enamorada de esta vida y el mero hecho de estar viva me hace sentir realmente diferente ahora", aseguró, sin poder evitar las lágrimas.
Sidner insiste que la enfermedad es una "bendición" disfrazada. "Soy más feliz porque no me estreso por tonterías que antes me molestaban. Y ahora, cada día que respiro, puedo celebrar que sigo aquí con ustedes. Estoy con mis compañeros de trabajo, con mis amigos y familia. Y puedo amar, llorar, reír y tener esperanza. Y eso, amigos, es suficiente".
La CNN subió su emotivo vídeo al Instagram de la cadena, donde Sidner ha recibido innumerables mensajes de solidaridad y esperanza.
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