Khadija Amin Periodista
OPINIÓN

Una carta para mis hijos

Los hijos de Khadija Amin.
Los tres hijos de Khadija Amin.
CEDIDA
Los hijos de Khadija Amin.

Un día, os daréis cuenta de que la vida son esos días ordinarios y fugaces que pasan a la velocidad del viento: esas pequeñas cosas triviales que han ocupado tu mente en algún momento y a veces te han convertido en un juguete. Hoy es vuestro séptimo cumpleaños. Siento el mismo dolor de la separación una vez más en este día, pero es un dolor es muy diferente  de hace siete años: un dolor incluso agradable, porque sabía que mis mellizos habían nacido y lo olvidaría junto a ellos. 

Recordar estos tres años de ausencia me ha entristecido mucho. No sé cuándo os voy a volver a abrazar, a oler vuestro perfume. Pero la esperanza de veros y vivir juntos me hace cada día más fuerte de lo que era antes.

Hasta ese día en que vivamos juntos, estaréis orgullosos de mí, y os daré algunos consejos tanto a vosotros dos como a vuestro hermano mayor, recomendaciones que siempre deberíais tener presentes.

Recordad que en esta vida vuestro corazón se romperá una y otra vez, en cada ocasión de distinta manera y por diferentes personas. Cada vez que vuestro corazón se rompa, no busquéis venganza; sentaos y reflexionad. De esos fracasos podéis aprender una lección que os hará más fuertes. Sanad vuestros corazones rotos con lecciones y trabajo. Trabajad todo el tiempo que podáis, estudiad durante largas horas para sanar. La vida os mostrará de vez en cuando su lado más duro, ¡sed fuertes!

Lo he dicho muchas veces, y os lo repito: haced lo que os apasiona y no penséis en lo que dirán los demás de vosotros o de vuestro trabajo. ¡No renunciéis a lo que amáis por nadie! Dondequiera que sintáis que vuestro trabajo no os regala esa pasión, no tengáis miedo de dejarlo ir. Dondequiera que sintáis que una persona o una afición van a ser contraproducentes, dejad atrás a esa persona y ese pasatiempo.

Si alguna vez tenéis que trabajar 18 horas al día, hacedlo. No temáis tener demasiado trabajo. Cuanto más os concentréis en él y más duro trabajéis, más resultados obtendréis.

El amor puede sacudir los pilares de vuestro corazón muchas veces. No os desesperéis si experimentáis el sabor del fracaso en el amor. ¡Consolad a vuestro corazón y aceptad el amor de nuevo! 

No tengáis miedo de estar solos, la soledad es el mejor momento para conoceros mejor, y no olvidéis que podéis descubrir vuestros propios intereses y talentos en soledad.

Escuchad a las personas siempre y cuando no dañen vuestras metas y crecimiento personal y sus palabras os motiven a avanzar en vuestros ideales. De lo contrario, alejaos de la red de mentes cerradas.

No tengáis miedo de que os etiqueten, la gente está acostumbrada a pegarle etiquetas diferentes a aquellos que no se parecen a ellos.

La definición de éxito es diferente para cada persona. Si creéis que elegir una nueva carrera o posición está en línea con vuestro espíritu y os traerá alegría, hacedlo.

No dudéis en enfrentaros a vuestros miedos. Si tenéis miedo de hacerlo, el final es posible que no os salga bien; pero la segunda vez tendréis menos miedo y sabréis en qué os equivocasteis y dónde lo hicisteis mejor la última vez. ¡No tengáis miedo de equivocaros e intentadlo cien veces si es preciso!

Hijos, si creéis que podéis confiar a ciegas en una relación romántica, no penséis mal, pero no es del todo cierto. Si perdéis esa relación vuestra confianza se hundirá. La confianza que proviene de privilegios y recursos externos desaparecerá.

Cuando vuestros sueños y metas se hagan realidad y estéis en una posición más alta, no olvidéis lo que fuisteis. No olvidéis vuestro deber.  Tenéis que tomar las manos de otras personas y ayudar a tantas como podáis. Recordad que cuanto más ayudéis a alguien a crecer, más creceréis vosotros mismos.

Si estáis sanos por dentro, vuestro cuerpo también lo estará. Tomad en serio mis consejos sobre el ejercicio y evitad la comida rápida.

Hijos míos, cuando estéis enojados con alguien, contadle vuestro problema, no importa si os tratan con sensibilidad e irritabilidad, no importa si os humillan con una burla, expresadlo para que no se acumule y os obsesione.

Estableced un tiempo para cada negociación en en el trabajo, vuestras relaciones y en la vida. Si la otra parte es lógica y honesta, continuad con ella, y si solo tiene la intención de someteros, abandonadla para siempre. Una relación exitosa tiene dos ganadores y ninguno al mismo tiempo.

Amores míos, vosotros sois los único que podéis ayudaros a vosotros mismos. No esperéis que nadie os ayude, pero si alguien quiere ofrecerse como voluntario, aceptadlo con gusto. 

Si sentís la necesidad de hablar con alguien, primero elegid a alguien en quien confiéis, y si no lo encontráis, dad un largo paseo hasta la montaña y que afloren vuestras palabras.

Nunca tratéis de dañar la posición o el carácter de alguien, de arrastrarlo hacia abajo. Si no os gusta, dejadle en paz, pero no destruyáis a nadie. Al destruir, puede parecer que lastimas a la otra persona, pero es tu alma y tu corazón los que se sumergirán en la oscuridad. El que no tiene amor en su corazón no puede amar al otro y nadie puede amarlo. 

Por favor, tened cuidado al elegir aficiones y personas con las que divertiros. Tened en cuenta que solo es conveniente volverse adicto a dos cosas: la familia y el trabajo. Deben ser vuestras prioridades.

Elegid a alguien para convivir que vea felicidad y alegría en ayudar a las personas, que os anime a ayudar a otros, que os vea como héroes; alguien que admire vuestra labor, no vuestra cuenta bancaria; que pase horas ahogándose en el maravilloso mundo de los libros y no en un rincón de la cocina; alguien que se deleite en su día a día, que agradezca cada momento que tenga con vosotros.

Os digo con confianza, siendo vuestra madre que os ama, que los tres sois los tres héroes de vuestra propia vida.

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