Una pareja británica cuenta lo mejor y lo peor de vivir en Murcia: "Aprendemos español, pero el dilecto local no ayuda"

Iglesia Catedral de Santa María en el centro de Murcia.
Iglesia Catedral de Santa María en el centro de Murcia.
Vladislav Zolotov (iStock)
Iglesia Catedral de Santa María en el centro de Murcia.

La de Murcia es una de las comunidades autónomas en la que más extranjeros viven, debido a su cálido clima y a sus suaves inviernos. Muchos de ellos son británicos o de otros países de Europa.

Este sábado, el Daily Mail ha publicado un reportaje en el que entrevista a cuatro parejas de británicos que viven fuera de Reino Unido, para conocer de primera mano cómo es la experiencia de residir en otros lugares. Una de las parejas vive en Murcia.

Se trata de Harry y Susan Vaughan, dos sexagenarios de Gales, que este año se han instalado en la capital del Segura: "Decidimos abandonar el Reino Unido porque sentíamos que tenía poco que ofrecernos, además del creciente coste del combustible y los largos inviernos", dicen.

"No queríamos la costa española: estas zonas pueden convertirse en pueblos fantasmas en invierno. En cambio, queríamos experimentar la verdadera España y su gente, lo que nos trajo aquí, a Murcia", dicen estos jubilados galeses.

Preguntados acerca de las mayores diferencias, dicen que "obviamente el clima. A finales de noviembre, la temperatura todavía ronda los veinte grados, aunque las tardes y las mañanas se vuelven más frescas".

Sobre las dificultades, lo tienen claro y más a causa del acento murciano: "El idioma es un obstáculo. Estamos tratando de aprender español y hay un dialecto local, lo que no ayuda, pero la mayoría de la gente es muy servicial y a los más jóvenes aquí se le enseña inglés en la escuela".

Murcia es tan barata que puedes salir a cenar todas las noches si lo deseas

Otra de las cosas que más les chocan son los horarios: "Prácticamente, todos los residentes españoles no salen a cenar hasta las 21 o 22 horas, por lo que no sirve de nada salir a las 18 horas esperando encontrar comida. Nada abre antes de las 20:00 h".

En todo caso, están encantados. Lo que más le gusta a los Vaughan es "el clima y la gente, que es muy amable y siempre parece estar muy feliz. Es un lugar hermoso y estamos rodeados de olivares, almendros y melocotoneros. En general estamos muy, muy felices aquí y realmente nos sentimos como en casa".

Además, lo mejor es que tienen "garantizado el sol todas las mañanas, que es muy vigorizante", dicen, además del coste de la vida: "Es tan barato que puedes salir a cenar todas las noches si lo deseas".

No obstante, echan cosas de menos: "la familia inmediata y la posibilidad de salir y comprar prácticamente cualquier cosa, con entregas en tu puerta. Como vivimos en el campo, no recibimos entregas. En cambio, tenemos un buzón en la oficina de correos local y tenemos que ir al centro para cualquier otra cosa".

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