Joan Ferran Historiador y articulista
OPINIÓN

Fumar o no fumar

Una mujer fuma en la terraza de un bar de A Coruña, en el día en que ha entrado en vigor la prohibición de fumar en Galicia.
Una mujer fuma en la terraza de un bar.
EFE
Una mujer fuma en la terraza de un bar de A Coruña, en el día en que ha entrado en vigor la prohibición de fumar en Galicia.

‘Fumar es un placer genial, sensual...’ Lo pregonaban cantando Imperio Argentina, Carlos Gardel e Ignacio Corsini allá por los años veinte del pasado siglo. A medianos de los cincuenta Sara Montiel, en la película El último cuplé, popularizó la canción ‘Fumando espero’. Eso sí -cosas de la censura franquista- omitiendo una estrofa del original que aludía a la satisfacción de fumar tras hacer el amor. 

Para muchas personas quemar, aspirar o sostener un cigarrillo entre las manos sigue siendo un placer, incluso una necesidad; para otras el efluvio que desprende el tabaco y el humo deviene una molestia cada vez más insoportable. La posibilidad de prohibir el consumo de cigarrillos en las terrazas de los bares y restaurantes vuelve a ser motivo de polémica.

El Gremi de Restauració de Barcelona sostiene que la mayoría de los ciudadanos considera innecesarias nuevas medidas restrictivas; por su parte las autoridades sanitarias insisten en recomendar a los gobiernos combatir el tabaquismo y expulsarlo de nuestras vidas. ¿Qué hacer?

Creo que nos conviene un periodo de transición capaz de articular pedagogía y persuasión. Concienciar al ciudadano, aún más, de los perjuicios que conlleva para su salud el acto de fumar y, al mismo tiempo, mostrarle al fumador la molestia que su hábito genera en terceras personas. Partidario del prohibido prohibir preferiría que los fumadores motu proprio, como muestra de respeto y consideración hacia los demás, se abstuvieran de fumar en las terrazas.

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