La deforestación en la Amazonía brasileña cae un 22% en el último año, pero la superficie talada aún es muy grande

Bosque tropical del Amazonas, el mayor del mundo.
Bosque tropical del Amazonas, el mayor del mundo.
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Bosque tropical del Amazonas, el mayor del mundo.

El Gobierno de Brasil celebra haber frenado la tala de árboles en su selva amazónica. La deforestación en esa región cayó un 22,3 por ciento entre agosto de 2022 y julio de 2023. La superficie talada es la más baja desde 2019, según ha informado este jueves el Gobierno de Brasil con base en su sistema de monitoreo satelital. Pero la cifra todavía es escandalosa: 9.001 kilómetros cuadrados talados, que equivale más o menos a 14 veces la ciudad de Madrid. 

La tala se redujo un 42 por ciento en el periodo que va de enero a julio de 2023, que coincide con los siete primeros meses del mandato del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, frente al mismo periodo del año pasado, cuando aún gobernaba el ultraderechista Jair Bolsonaro.

Durante el mandato de Bolsonaro (2019-2022), caracterizado por una aplicación más laxa de las leyes ambientales y recortes presupuestarios en los órganos de fiscalización, más de 10.000 kilómetros cuadrados fueron deforestados cada año, con 13.000 tan solo entre 2020 y 2021, la peor cifra desde 2006.

Aun así, los más de 9.000 kilómetros deforestados en el último año siguen lejos de los 4.600 kilómetros cuadrados talados en 2012, la menor cifra desde que empezaron los registros del sistema PRODES en 1988.

Por estados, en Amazonas, el estado brasileño que abarca la mayor parte del bosque tropical, la deforestación cayó un 40 por ciento entre agosto de 2022 y julio de 2023 y en Pará, otro 21 por ciento.

Por otro lado, en Mato Grosso, región con un potente sector agrícola, la tala de vegetación nativa subió un 9 por ciento en ese mismo periodo.

La ministra del Medioambiente, Marina Silva, ha atribuido en rueda de prensa los resultados a una política activa por parte del Gobierno de combate a la deforestación y a su compromiso a eliminarla por completo hasta 2030.

"Sabíamos que era un desafío muy grande, pero aumentamos en un 200 por ciento nuestra capacidad de fiscalización. (El plan) está dando resultados muy rápidamente", ha declarado la ministra.

De agosto de 2022 a julio de 2023, los autos de infracción iniciados por el ministerio aumentaron un 104 por ciento respecto al periodo anterior; la destrucción de instalaciones y equipos usados para deforestar, un 41 %; y los embargos de bienes, un 31 %.

Sobre la sequía que afecta al estado de Amazonas, vinculada al fenómeno de El Niño y al cambio climático, Silva ha asegurado que sin la caída en la deforestación reportada este jueves la situación allí sería "incomparablemente peor".

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