Españoles obligados a trabajar en el campo para vivir otro año en Australia: "Es horrible, todo el día agachados y cargando con peso"

Jóvenes españoles trabajan en el campo para ampliar un año su visado en Australia.
Jóvenes españoles trabajan en el campo para ampliar un año su visado en Australia.
20minutos
Jóvenes españoles trabajan en el campo para ampliar un año su visado en Australia.

17.000 kilómetros. Esa es la distancia que separa Madrid de Childers, la localidad australiana donde viven Marta Bercebal y Jose Domínguez, de 25 y 24 años, mientras trabajan en una explotación agraria para poder ampliar su visado en el país. Se alojan en un hostel con otros jóvenes de distintas nacionalidades, donde comparten cocina y baño, se levantan de lunes a viernes a las cuatro de la mañana, trabajan bajo el sol un mínimo ocho horas y les pagan 28,26 dólares la hora por recoger frutas y verduras, el salario mínimo. "Recolectar verduras es horrible, tienes que estar todo el día agachado y cargando peso continuamente porque todo se recoge desde el suelo", declaran los jóvenes.

La pareja llegó a principios de octubre a la granja y desde entonces han realizado dos trabajos distintos. Las dos primeras semanas plantaron árboles de nuez de macadamia, donde la experiencia "no fue tan dura" y los jefes eran "muy majos" que entendía su situación. A los quince días la plantación de nuez se terminó y les ofrecieron recoger frutas y verduras. "Maldito día… ha sido un infierno", exclama Marta, de 25 años, echándose las manos a la cara. Los nuevos jefes nada tenían que ver con los anteriores y el ambiente de trabajo no era para nada agradable: "La granja la llevaba un borracho que apareció el primer día colocado. El supervisor era un paleto y nuestros compañeros dejaban de trabajar para ponerse a beber whisky y cerveza".

Ante esta situación, Marta y Jose decidieron cambiar de trabajo y esta semana han comenzado una nueva experiencia en el norte del país, donde trabajan en el servicio de un hotel para ampliar su visado. "Es lo que nos hubiera gustado hacer desde el principio, pero pensamos que iba a ser más complicado encontrar un trabajo de este tipo". "Esperemos que nos vaya mejor que recogiendo fruta y verdura", dicen entre risas.

Jose Domínguez cargando una furgoneta con cestos llenos de calabacines recién recogidos.
Jose cargando una furgoneta con cestos llenos de calabacines recién recogidos.
CEDIDA

Estos dos jóvenes españoles llegaron a Australia con el visado Work and Holiday —Visa Subclass 462—, el cual permite trabajar durante un año sin limitación de horas semanales si tienes entre 18 y 31 años. "Vimos Australia como una oportunidad única de lanzarnos a la aventura, mejorar nuestro inglés y poder ahorrar, ya que aquí se gana bien". La pareja está cerca de cumplir un año desde que aterrizaron en el país y para seguir otro más necesitan trabajar tres meses en una zona remota, tal y como recoge el Gobierno australiano en las condiciones del visado.

La directora de inmigración de Australian Visa and Immigration Experts, Nicole Kirwood, explica que "este sistema es la respuesta a la escasez de trabajadores en Australia, tanto de personas cualificadas como de aquellas dispuestas a trabajar en zonas remotas". La estacionalidad de los trabajos de campo casa perfectamente con los tres meses de trabajo que exige este visado, por lo que los agricultores ven en estos jóvenes los candidatos perfectos para cubrir los puestos en estas zonas. "Nuestro país necesita gente que trabaje en las granjas para mantener el suministro de alimentos", argumenta Kirwood.

Solo 27 españoles ampliaron el visado en el último año

En 2022, el Gobierno australiano expidió 138.529 visados de Work and Holiday, según los datos del informe anual del Gobierno en relación con esta visa, de los cuales 1.568 fueron españoles, lo que coloca a España como el decimosexto país que más jóvenes aporta con este visado. España y Australia llevan con este programa desde el año 2014, el cual pretende fomentar los intercambios culturales y humanos entre ambos países. En la actualidad, Australia tiene este convenio con 47 países repartidos por todo el mundo.

La opción de quedarse un año más en Australia es algo poco habitual, pues solo 9.232 decidieron ampliarlo un año más en 2022, de los cuales 27 fueron españoles, por lo que Marta y Jose son una completa excepción. Con estos datos se podría pensar que encontrar un trabajo en alguna de las zonas remotas no es complicado, pero todo lo contrario, pues existe más demanda que oferta y la búsqueda es totalmente autónoma, mediante grupos de Facebook, email, llamadas o de forma presencial.

"El proceso para encontrar trabajo en el campo ha sido muy complicado, pensábamos que no lo íbamos a conseguir. Nos hemos matado por encontrar un trabajo que en España no haríamos", relata Marta. Al mismo tiempo, Jose apunta que "se está montando un negocio alrededor de las granjas y los alojamientos", pues en la mayoría de ocasiones es el propio hostel quien ofrece las plazas en las explotaciones agrarias, por lo que "el techo donde dormir va ligado al trabajo y eso está llevando a estafas".

Trabajo sin descanso: libraron tres días en tres meses

La mala experiencia que han vivido Marta y Jose en los trabajos de recolección no es un caso aislado. En 2017, cuando el programa de visados solo llevaba en marcha tres años, Enrique García, otro español, decidió irse a Australia con 23 años. Él siempre tuvo claro que quería pasar una temporada en el país oceánico y se marchó junto a un amigo gracias a la Work and Holiday. Nada más llegar decidieron hacer los tres meses de trabajo por si en un futuro querían quedarse. De este modo, su primera parada en el país fue una granja a tres horas de Melbourne.

"Fue duro, la verdad. Trabajábamos los siete días de la semana recogiendo frambuesa y solo tuvimos tres días de descanso en tres meses: el 25 de diciembre, el 1 de enero y un día a final de temporada", relata sin dudar, aunque hayan pasado seis años. "Acabábamos con cortes en los brazos porque el árbol de la frambuesa tiene espinas", relata mientras se toca el antebrazo derecho.

Enrique García recolectando frambuesas en un invernadero en Australia.
Enrique recolectando frambuesas en un invernadero en Australia.
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Enrique cuenta que "había cositas que no molaban", como el trato de sus jefes, quienes de primeras "iban de buenos", argumentando que sabían por lo que estaban pasando, pero "luego empezaron a tener menos consideración, te puteaban más". A pesar de esto, lo recuerda como una época "muy guay", ya que después de trabajar se juntaba con los compañeros que estaban en la misma situación, iban al río y se pasaban la tarde haciendo barbacoas o tomando cervezas.

Australia siempre necesita mano de obra

Las dimensiones de Australia lo convierten en el sexto país más grande del mundo, pero su población no pasa de los 26 millones de habitantes —frente a los 48 millones de España—. Por esta razón, "la necesidad de mano de obra en Australia no es algo reciente", argumenta Gabriele Abbondanza, experto en relaciones internacionales por la Universidad Complutense de Madrid, Universidad de Sídney y el Instituto Italiano de Asuntos Internacionales. Ya desde mediados del siglo XX, el país oceánico llevó a cabo programas de acogida de inmigrantes para ayudar a poblar el país y así reforzar su mano de obra, "aunque la visa Work and Holiday no está directamente relacionada con estos hechos", matiza.

Australia es la decimosegunda potencia mundial en términos económicos y como todas las economías desarrolladas, los servicios del país constituyen la parte más importante en el PIB nacional, pero "Australia es un ejemplo peculiar, ya que es una de las naciones más ricas del mundo en términos de recursos naturales", explica Abbondanza. Marta y Jose han experimentado las dos caras de la economía australiana. Desde que llegaron en el mes de marzo, hasta que entraron en la granja a principios de octubre, han estado trabajando en sector servicios en la ciudad de Gold Coast —este del país—, donde compaginaban dos trabajos en la hostelería para pagar el alquiler de su piso y llegar a ahorrar más de 12.000 euros en medio año.

No cualquiera vale para irse al otro lado del mundo

La opción de hacer las maletas e irse a Australia a trabajar durante un año, o más, es algo muy tentador entre los jóvenes, pero como cuentan los que ya han estado allí: "no es para todo el mundo". "Tienes que ser una persona capaz de lanzarse a la aventura y al mismo tiempo ser responsable y tener la cabeza preparada para saber sufrir cuando toque", relata Marta desde su experiencia.

Eduardo Casado, cofundador de la agencia Australian Way, destaca que el perfil que más demanda este visado es de "jóvenes que quieren vivir una experiencia internacional, trabajar para sacar un dinerillo y viajar". Además, señala que en el caso de la Work and Holiday son necesarios una serie de requisitos para disfrutarla: tener entre 18 y 31 años, dos años de estudios superiores terminados, un certificado de inglés con menos de dos años de antigüedad y tener un depósito bancario de unos 5.000 euros. "Esto es para demostrar que tienes solvencia económica y medios para sobrevivir nada más llegar", matiza.

"Irse fuera es la mili del siglo XXI"

Después de vivir su experiencia australiana, Eduardo decidió montar una agencia para ayudar a los jóvenes a dar el salto a Australia. "Irse fuera es la mili del siglo XXI", afirma. "Creo que para cualquier joven es muy necesario vivir en otro país, buscarse la vida y salir de la zona de confort. Una experiencia así te aporta madurez y confianza cuando vuelves a España".

Esto es algo que Enrique confirma, pues considera su estancia en el país oceánico como "uno de los años que más he madurado, además de aprender y crecer como persona" y afirma que antes de irse "sentía que era un niñato". Marta y Jose van un paso más allá y dicen sentirse "capaces de todo", ya que vivir Australia les ha quitado "el miedo y la pereza a los cambios", además les ha hecho ver la vida "sin tanto agobio, ni tanta prisa".

Un cambio de vida con otras preocupaciones

Después de medio año viendo como funciona la vida en Australia, Jose cuenta que su preocupación en España era "trabajar duro para hacer un buen currículum" y le costó dejar su empleo en una multinacional. "Ahora estoy en Australia plantando árboles y soy feliz. No tengo que estar pensando en solucionarle los problemas a los clientes", afirma con tono aliviado. "Antes no disfrutaba del proceso, solo veía el objetivo final, que era tan absurdo como cumplir un mes más en la empresa, ponerlo en LinkedIn, cobrar y ahorrar lo máximo posible. Aquí me he dado cuenta de que las cosas llevan su tiempo y hay que vivir el momento".

Marta y Jose consideran que Australia se ha convertido en "el paraíso del postureo para muchos jóvenes que vienen aquí para unos meses donde pasárselo bien con una visa pagada por sus papás y de vuelta a España". Esto hace referencia, principalmente, a aquellos que llegan con el visado de estudiantes, el cual da opción de estar hasta cuatro años en el país siempre que se curse algún tipo de estudio, tanto superior como idiomas, aunque solo permite trabajar 24 horas a la semana. 

Bajo su experiencia, cuentan que "la mayoría cometen el error de estar solo con españoles". "Luego llegan a España y enseñan sus fotos visitando la Barrera de Coral en avioneta y al final no consiguen ni lo que buscaban, que era aprender inglés", afirman con cierta indignación. "Venir aquí es un pastón como para no aprovecharlo", ya que para solicitar el permiso de estudiantes se necesitan cerca de 15.000 euros por un año de visado.

Si todo va bien, Marta y Jose terminarán los tres meses de trabajo a principios de enero y tienen pensado viajar por varios países asiáticos: "Después de casi doce meses trabajando nos hemos ganado un buen viaje para disfrutar". Creen que 2024 será su último año en Australia, aunque no tienen intención de volver a España. Aun así, quieren estar más cerca de la familia, ya que "vivir tan lejos es muy duro y es uno de los grandes motivos por los que no nos planteamos quedarnos aquí para siempre".

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