Gustavo, que fue expulsado la semana pasada de GH VIP de manera disciplinaria, ha concedido una entrevista a Semana en la que se abre en canal y cuenta cómo vivió él los últimos días de vida de María Teresa Campos.
El que fuera chófer y mano derecha de la comunicadora los últimos treinta años, asegura que pudo despedirse de ella, pero ya no le reconocía. Así, revela muy afectado que la acompañó hasta el "último" día de su vida.
Sobre las críticas de sus hijas, a las que ahora se siente muy unido, dice que le sorprende que haya sido "el entorno televisivo de Carmen y Terelu" el que más le ha criticado. Sin embargo, asegura, no es una persona rencorosa. "Me da lo mismo lo que digan de mí, pero siempre habla quien más tiene que callar".
"Nunca esperé heredar nada de María Teresa. Pero guardo como un tesoro un reloj que me regaló y tengo unas gafas suyas", revela el chófer.
Sobre Edmundo Arrocet, tiene palabras muy duras. "Es un manipulador que se cree sus propias mentiras. Nunca me fie de él y se lo dije a Teresa, pero salí escaldado".
Pero tiene más: "No es cierto que Teresa quisiera casarse con él, jamás se le pasó por la cabeza. Y, aunque él diga lo contrario, Teresa no era celosa, nada. Ni siquiera se enfadaba cuando él desaparecía tres meses sin dar señales".
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